Ventino y las cuerdas que componen su banda
Estas jóvenes han crecido juntas en su carrera musical, una que va tan rápido, que sus canciones se escuchan cada vez más.
Periodista que entiende mejor el mundo gracias a la música, que atrapa cada momento que puede a través de su lente fotográfico y a la que le fascina contar historias usando su voz.
A las mujeres que componen Ventino las une un destino que todas soñaban, pero quizá ninguna se esperaba: cantar en el proyecto de un amigo en común, Juancho Muñoz, sería el primer paso para conformar uno de los grupos femeninos que está haciendo su camino en Colombia. Y van corriendo.
Este año lanzaron su primer álbum con composiciones propias, entre ellas Si Decides (Baby) y Yo Te Quiero Más con Mike Bahía. Han viajado por Latinoamérica y tienen una gran fanaticada. Todo empezó sin la menor idea de que evolucionaría de esa forma, sin embargo.
Todas eran amigas de Muñoz, quien quiso sacar adelante el video de un mashup (unión de varias canciones) entre varias de las piezas musicales que le pertenecen al mundo de las princesas de Disney. Allí fue donde Olga Lucía Vives, Natalia Afanador, Camila Esguerra, María Cristina de Angulo (Makis) y Juliana Pérez se conocieron. Aunque algunas habían interactuado antes, esa era la primera vez en la que las cinco trabajaban juntas.
Vestidas de blanco se ubicaron en un salón negro que jugaba con la luz. Era un proyecto sencillo, pero bien logrado, sin mayores pretensiones. Cada una asumía la voz de una de las icónicas princesas y la música permitía que cada una se luciera por separado. Así las melodías se cruzaban, asumían nuevas formas.
El video se publicó en YouTube y de ahí en adelante, todo se aceleró porque para la viralización en internet no hay muchas explicaciones. El proyecto fue ganando visualizaciones, fue pasando de un espectador a otro y llegó a los medios. Alcanzaron un millón de vistas en la plataforma y aunque no se explicaban cómo había sucedido, se dieron cuenta de que hacer un grupo no sería mala idea.
Aprender a ser
Siguieron sacando sus versiones de canciones y mashups de artistas como Queen, Shakira y varias divas de la música. Iban ganando fanáticos y se toparon con gente que creyó en su potencial y aterrizaron en Sony Music Colombia.
La vida se puso aún más loca que antes, algunas veces tenían un parcial a las 7:00 de la mañana y habían estado en el estudio hasta tarde en la noche, para ellas era como vivir la vida de una estrella encubierta. “Como Hannah Montana”, la protagonista de uno de los tantos programas que veían cuando niñas. “Es increíble ver que todas esas cosas que soñábamos cuando chiquitas se están volviendo realidad, y esto ya no es un sueño, sino que es un trabajo real”, dice Camila Esguerra.
Se fueron conociendo más, pero ya con varios años de recorrido para ellas es un mito eso de que es difícil trabajar entre mujeres, “incluso ha hecho que nuestro trabajo sea todo un relajo”, cuenta Juliana Pérez. Cada vez que se encuentran es como escuchar a un grupo de amigas charlando, repasando sus chistes internos.
Se acuerdan de anécdotas: como cuando Natalia durmió en el piso del avión porque las sillas eran muy incómodas, o cuando a Camila la dejó un tren por estar comprando ropa. O el día en el que fueron a comer pollo frito en un restaurante de comida rápida usando vestidos largos después de haber cantado frente a Joe Biden, expresidente de Estados Unidos.
Crecer juntas
No hay una línea que divida el trabajo con la amistad, pero están convencidas de para dónde van y eso hace que constantemente unas sean un polo a tierra para las otras.
Tampoco sienten que deban competir entre ellas, como ha sucedido en otros grupos conformados solo por mujeres o por hombres.
“Tenemos voces diferentes, todas podemos cantar todo, pero a todas nos suena distinto”, recalca Camila. La elección de quién canta qué se la dejan al productor.
En cuanto a la composición, se han sabido rodear muy bien. Mauricio Rengifo y Andrés Torres, los productores colombianos que entre sus muchos éxitos tienen a Despacito, se sentaron a componer junto a ellas y sacaron Me Equivoqué e Y No, en un solo día.
Ellas también se han dado a la tarea de componer, pero lo hacen en pequeños subgrupos porque se han dado cuenta de que cinco “son muchas cabezas pensando”, cuenta Natalia.
Van acompañándose un paso a la vez, descubriendo su sonido, bailando más, pero ante todo disfrutando del paseo loco en el que la vida las aventuró y el que ellas aceptaron con ganas.