Cultura

Picnic de letras, idea para leer con los niños

Desde hace cuatro años un grupo de amigos se reúne en un parque de Bogotá a leer con niños. También se hace en Medellín.

Es periodista porque le gusta la cultura y escribir. A veces intenta con la ficción, y con los poemas, y es Camila Avril. Editora de la revista Generación. Estudió Hermenéutica Literaria.

11 de junio de 2016

El 3 de junio de 2012 cuatro amigos salieron al parque a hacer un picnic de lectura, a ver qué pasaba. Y pasó. Se inventaron Picnic de palabras, una idea para invitar a los más pequeños a leer y quitarle a la lectura el peso del deber.

En el picnic los niños leen un rato, van y corren, vuelven a leer, juegan fútbol y vuelven a leer. Marcela Escovar, directora de proyectos, dice que la intención es que los pequeños asocien lectura con diversión y así mismo sensibilizar a los adultos de lo fácil que es leer con sus hijos.

La propuesta gustó tanto que desde esa primera vez salen al Parque de Alcalá, en Bogotá, los domingos cada quince días, desde las 2:00 hasta las 4:00 de la tarde. Solo los detiene el agua, pero si no llueve, ahí están, con sus 60 libros que ponen en el piso para compartir.

La colección ha crecido con los años. Los primeros textos llegaron por patrocinio y luego se han sumado otros amigos y editoriales. Además, como desde 2013 invitan a autores e ilustradores a que los acompañen el primer domingo de cada mes, ellos también les dejan sus libros.

Marcela precisa que agrandar la colección es muy importante, porque además son libros de muy buena calidad, costosos la mayoría de veces, y el Picnic permite compartirlos, acercar lecturas a personas que muchas veces no tienen la posibilidad de comprarlas.

La oferta es diversa. Tienen libros para bebés que se pueden morder, y otros sin palabras, con pocas palabras, de cuentos, cómic y poesía.

El proyecto pasa por historias bonitas, como los hijos de los heladeros del parque, que son los usuarios más constantes. Por Fernanda se quedaron en el Parque de Alcalá. Estaba tan encantada leyendo libros, que los primeros 25 los leyeron cinco veces cada uno. Su hermana Jennifer una vez dijo que en la escuela le enseñaron a leer, pero que realmente aprendió en Picnic.

La idea ha crecido. En el primer año los contactaron de México y Argentina, y se replicó por primera vez en Medellín. Querían que les contaran cómo lo hacían. Luego los han buscado de Chile, Ecuador, Estados Unidos, Italia, Brasil, Venezuela y Uruguay. En esos lugares hay ahora grupos de amigos que se reúnen con niños en un Picnic de letras.

Este domingo cumplen cuatro años. Será una fiesta en el parque, para celebrar por tantas lecturas juntos.