Silleteando, la obra de teatro musical que con 30 artistas en escena contará el origen de la tradición silletera
La obra musical es realizada por Fundación Sirenaica, una organización que lleva más de 20 años formando musicalmente a niños, adolescentes y jóvenes de escasos recursos de Medellín.
Periodista de la Universidad de Antioquia. He trabajado como fact-checker en La Silla Vacía y ahora hago parte de la sección de Tendencias de El Colombiano.
Fue a finales del siglo XIX y comienzos del XX cuando los campesinos empezaron a incluir en sus silletas, repletas de leña, carbón, tierra de capote y musgo, los distintos tipos de flores que cultivaban en sus tierras. Ese ir y venir por los caminos que conectaban a Santa Elena con Medellín fue lo que más tarde inspiró el Desfile de Silleteros, una de las tradiciones más importantes de los habitantes de este corregimiento.
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Esa es justamente la historia que cuenta Silleteando, el camino de las flores, la obra de teatro musical de la Fundación Sirenaica que este sábado 4 de octubre tendrá una función gratuita en el Comfama de Aranjuez a las 3:00 de la tarde.
Este espectáculo, en el que participan 30 artistas entre niños y jóvenes, se divide en tres actos con el fin de narrar y rendir homenaje a los campesinos antioqueños y su arte floral. Protagonizada por cuatro campesinos –dos jóvenes y dos adultos mayores–, Silleteando es, ante todo, una pieza musical que resalta el talento de los integrantes de esta fundación.
“Lo más lindo de esta obra es que está hecha para que los integrantes del coro sean la escenografía, sean las flores, el sembrado, todos los personajes. Tenemos un par de elementos escénicos, pero en realidad esta es la magia del asunto: que todo sea real e interpretado por nuestros cantantes”, explica María Adelaida Mejía, directora general de Sirenaica y autora de Silleteando.
La obra nació en 2023, cuando María tuvo la idea de rendir homenaje a los silleteros de Santa Elena mientras veía por televisión el desfile que, año tras año, se realiza en el marco de la Feria de las Flores. Su propósito era dar a conocer el origen de una tradición que, como a muchos paisas, la conmueve hasta las lágrimas desde niña, cuando veía con sus padres cómo las calles se llenaban de flores gracias a los hombres y mujeres del corregimiento.
Para escribir el guion, visitaron Santa Elena. Una de las fincas que conocieron fue El Pensamiento, donde don José Ángel Zapata Amariles les compartió su historia familiar: cómo sus abuelos transmitieron a sus padres, y estos a él y a sus hermanos, la tradición silletera, que luego continuaron sus hijos. Además de hablar de flores, Mejía le preguntó por la música como inspiración para lo que después sería Silleteando. “Yo al principio sí ponía un radiecito, pero ya no escucho nada, porque a mí las que me cantan son las flores y todos los animalitos que vienen a visitarlas”, le dijo don José, dándole así la idea de que en la obra las flores debían cantar y que esa historia debía llegar al escenario.
Para ser fiel a esas costumbres, la pieza está dividida en tres partes: primero, el sembrado, donde se narra cómo nacen las flores; luego, la bajada a Medellín, con la aparición de personajes míticos de las leyendas campesinas; y, por último, la llegada a la Plaza de Mercado de Cisneros, adonde antaño arribaban los campesinos con sus productos en las silletas.
En cuanto a la música, Silleteando incluye de todo: obras de compositores colombianos como Freddy Ochoa y Mauricio Mejía, así como piezas de polifonía antigua, entre ellas El canto de los pájaros del francés Clément Janequin.
¿Qué es la Fundación Sirenaica?
En 2026, la Fundación Sirenaica cumplirá 25 años de trabajo con niños, adolescentes y jóvenes de Medellín. Esta organización nació a comienzos de los dos mil con el propósito de “ir por esos chicos que no tienen muchas posibilidades de desarrollar sus talentos y darles una oportunidad de formarse a través de la música”, explica Mejía, su fundadora.
Para ella, abrir una fundación fue la manera de retribuirle a la ciudad y a la vida el haber podido cultivar su talento como cantante desde niña. “Tuve la oportunidad de vivir en el exterior, de estudiar en muchos lugares y de cantar en distintos escenarios. Y llegó, después de muchos años, la necesidad de volver a mi país y de retribuir de alguna manera toda esta formación que yo había recibido”, cuenta.
La labor de Sirenaica consiste en llegar a instituciones públicas del municipio en busca de niños y jóvenes con habilidades musicales para formarlos e incluirlos en sus semilleros corales, que hoy cuentan con tres niveles. Aquellos que se destacan ingresan luego a uno de los dos coros de proyección que existen actualmente: el Coro Pequeño, integrado por niños hasta los 12 años, y Iuventus, creado en 2007 y conformado por adolescentes y jóvenes.
Hoy, la fundación ofrece formación musical gratuita a 650 niños y, a lo largo de sus 25 años, ha impactado a más de 19.000. Algunos han hecho de la música su proyecto de vida y su profesión; varios incluso han regresado a Sirenaica, ya no como alumnos, sino como profesores.
De esta manera, en esta organización el canto es punto de partida y de llegada, como afirma Mejía, y Silleteando hace parte de un proceso de transformación social por medio de la música.