Vaya a esta maratón: 9 días de solo teatro
Medellín recibirá más de 70 compañías en la XIV Fiesta de las Artes Escénicas.
Periodista. Estudiante de maestría en Estudios y Creación Audiovisual.
Una mujer gitana, rebelde, seductora y símbolo sexual. Así es Carmen, personaje de la novela homónima escrita en 1845 por Prosper Mérimée –aunque de él casi nadie habla– y representada en diversas obras dramáticas, incluida la ópera de Bizet, la adaptación más conocida.
El colectivo La Máscara de Cali propone una Karmen, con k, de karma. Es distinta, doblegada por un hombre, en la que el apego es la razón de la ruina.
Las adaptaciones teatrales son propias de montajes más contemporáneos. Esta obra revisa conceptos como la libertad individual, temas complejos y urgentes como las relaciones tóxicas entre parejas, la violencia sexual y contra las mujeres y –por qué no– el amor.
Se estrenó a finales de 2017 en Cali, fue la mejor puntuada en el Festival Internacional de Teatro de esa ciudad este año y va para México. La pieza se presentará esta semana en Medellín en el XIV Fiesta de las Artes Escénicas, que reúne 73 agrupaciones locales, nacionales e internacionales.
En el escenario
El nombre Yago ha estado ligado a la traición, el delito, el perjurio y el crimen, según lo contó Shakespeare a través de Otelo. “¿Quién ha escuchado la versión del acusado?”, se pregunta el grupo español La República y, acto seguido, le da a este la posibilidad de defenderse más de 400 años después de los hechos. El público, esta vez el de la Fiesta, será quien decida.
Con Karmen sucede algo similar, en cuanto a la adaptación. Es volver contemporánea un clásico, a través de temas que se están debatiendo: “Qué es lo que estamos repitiendo, en qué estamos cayendo para estar en relaciones que no son sanas para nosotras ni para los hombres”, se pregunta Susana Uribe, directora del grupo caleño, pionero en el país en hacer teatro con perspectiva de género.
No existe una idea particular que siga esta edición. Sí, en cambio, líneas fuertes que se vienen trabajando en la ciudad y el país. Una de ellas es la memoria, visible en obras como El tercero no está (Derreojo), El insepulto (Trueque), La casa grande (Matacandelas) o Amnesia (Oficina Central de los Sueños). Algunas se verán esta semana.
No es un tema nuevo y menos en Colombia. “Es un momento en el que se ponen en vigencia estas obras porque estamos en medio de la violencia”, comenta Félix Londoño, director de El Trueque, un colectivo que tiene en su lista varios montajes sobre esta temática.
El insepulto, de hecho, está basada en la historia de su hermano desaparecido, y en la necesidad que veían los griegos en sepultar a sus seres queridos. “Ahora hay una mirada en muchos grupos hacia lo que pasó en este tiempo complejo del conflicto en Colombia”, comenta Jaiver Jurado, director de este encuentro.
Aunque en esta ocasión también hay otros intereses. Jaiver anota que ve una necesidad de crear lenguajes desde el cuerpo. En Maratón de Nueva York, por ejemplo, se suda de verdad: dos actores corren en escena durante 60 minutos sin parar. La Compañía Circo Contemporáneo de México presenta a cuatro bailarines que danzan con su luz.
Jurado destaca participaciones en esta línea como la de los grupos El Pulpo, Malas Compañías y Anamnésico Teatro. “Sus montajes están mirando lo urbano y el lugar en donde ponemos lo corporal, la palabra y el objeto”.
Los temas de la Fiesta son diversos; no hay un enfoque particular. Hace 10 años los grupos internacionales que venían no pasaban de 2 o 3. Hoy llegan 7 propuestas de afuera y 11 nacionales, la gente no compra boletas sino abonos. Jaiver lo describe como una “calentura chévere”. Lo que no había pasado antes, está pasando ahora.
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