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Esta leyenda del ciclismo fue al médico por un dolor en el hombro y le dieron dos años de vida; este es su drama

Este campeón olímpico prefiere mirar la vida con positivismo pese al drama que enfrenta día a día.

Comunicador Social-Periodista bilingüe, amante de los deportes. He trabajado en Radio Bolivariana, RCN y Telemundo. Actualmente hago parte de El Colombiano.

21 de mayo de 2025

Chris Hoy, aquel coloso de las pistas que hizo vibrar al mundo con seis oros olímpicos, ya no compite por medallas, pero sí por cada instante de vida. A los 49 años, la leyenda escocesa enfrenta su desafío más difícil: un cáncer de próstata incurable, diagnosticado tras acudir al médico por un simple dolor de hombro. La vida, esa que tantas veces celebró desde lo más alto del podio, le cambió de golpe. Pero lejos de rendirse, Chris decidió abrazarla con más intensidad que nunca.

“Disfruto de la vida como nunca”, afirma con una serenidad admirable. Hoy no reniega de su diagnóstico. Lo acepta, lo afronta, lo combate... y sobre todo, lo transforma. En sus palabras ya no hay angustia, sino una profundidad emocional que desarma y enseña: “Por muy antinatural que parezca, así es la naturaleza. Todos nacemos y todos morimos, y esto es sólo parte del proceso”.

Desde que los médicos le pronosticaron apenas dos años de vida, su perspectiva cambió radicalmente. Las grandes hazañas, las pistas, los aplausos... todo eso quedó atrás. Ahora, Chris se centra en los pequeños milagros del día a día: una caminata, una conversación, un paseo en bicicleta, aunque ya no tenga la misma fuerza en las piernas.

En una reciente entrevista con The Times, relató cómo decidió volver a montar su bici tras un tratamiento de quimioterapia. Lo hizo durante un viaje a Grecia, con la ilusión intacta pero el cuerpo aún debilitado. “No pude andar ni hablar mientras subía la colina, y me resultó difícil. Ahí fue donde realmente entendí: tengo que empezar de cero y no compararme con mi situación anterior”.

Aquel paseo fue más que un acto físico; fue un acto de humildad, de aceptación y de amor propio. Chris ya no busca romper récords, sino encontrar belleza en lo cotidiano. “No es sólo hacer grandes cosas, se trata de apreciar el placer cotidiano y banal de la vida”, dijo en otra conversación con Sky Sports, reflejando una madurez conmovedora.

Y aunque la enfermedad persiste, él ha logrado algo que muchas veces parece inalcanzable: que el cáncer no sea lo primero en su mente al despertar, ni lo último al cerrar los ojos. “Tengo la impresión de haber entrado en una fase de estabilidad en este momento y me encuentro bien. Hago ejercicio, bicicleta, me ocupo. Y lo más importante: no pienso todo el día en el cáncer”.

La vida de Chris Hoy ya no se mide en cronómetros ni en medallas. Hoy se mide en risas con sus hijos, en viajes con su esposa, en mañanas tranquilas y tardes activas. En ese sentido, vive con una libertad nueva. “Nos hemos habituado a un ritmo que forma parte de nuestras vidas, lo controlamos y vamos adelante”, afirmó, revelando que estos últimos meses han sido de los más intensos, pero también los más plenos de su vida.

Retirado desde 2013, el campeón sigue en tratamiento, sigue en movimiento, y sobre todo, sigue siendo un ejemplo. Porque la lucha de Chris Hoy no es solo contra el cáncer. Es, también, una declaración de amor a la vida misma. Una prueba más de que el espíritu de un verdadero campeón no se apaga cuando termina la competencia: simplemente encuentra otra manera de brillar.