Molestias físicas interrumpieron otro ascenso de Egan en el Tour
En 2019, Egan Bernal se convirtió en el ciclista más joven en ganar el Tour de Francia desde 1909. A sus 22 años, el de Zipaquirá mostraba una precocidad tan sorprendente como su progresión, siempre ascendente. Un año y una cuarentena más tarde, el primer colombiano en triunfar en el Tour se presentaba en la salida de la carrera con el dorsal 1, un estatus de líder indiscutible y con el equipo dominador de los últimos años a su servicio.
Pese a ello, el corredor del Ineos acabó por abandonar la carrera ayer y tras haber perdido casi 20 minutos en dos etapas de alta montaña, allí donde se suponía que tenía que haber defendido su título.
Aquejado de dolores en la espalda, que pudieron originarse en la caída que sufrió durante los Nacionales de ruta en febrero, el colombiano no se mostró brillante en la ronda gala en la que solo tuvo un leve protagonismo en el ascenso a Marie Blanque, en la segunda etapa pirenaica.
Cuando todo el mundo esperaba su reacción, la misma que le permitió ganar la Ruta Occitana y ser segundo en el Tour de L’Ain –superado por Primoz Roglic–, Egan dejó caer la máscara con la que había ocultado sus dificultades durante la etapa 15 en el ascenso al Grand Colombier, que dictó la sentencia de su abandono, misma escena que vivió en la Dauphiné, en la que tiró la toalla aquejado de los mismos dolores dorsales, que ahora le hacen forzar la rodilla.
“No era la manera como quería acabar, pero creo que es la decisión correcta”, dijo el corredor que seguro aprenderá del fracaso.