Deportes

Después de ascender el Mortirolo, Juan Ortiz se le medirá a El Escobero

Es la cuenta pendiente que tiene el ciclista recreativo, que antes ascendió La Línea, Letras, Quebrantahuesos y Mortirolo.

Comunicador Social-Periodista, apasionado de las historias, amante de los deportes. Trabajé en el periódico El Mundo y actualmente hago parte de EL COLOMBIANO.

16 de septiembre de 2016

Juan Camilo Ortiz Uribe dice que nació para grandes desafíos y que no quiere morir hasta cumplir uno que siempre ha rondado su mente, escalar en bicicleta el alto de El Escobero.

A sus 61 años de edad relata con orgullo que tuvo la fortuna de ascender, en Colombia, los altos de La Línea y Letras, y en el exterior, la Quebrantahuesos, entre Francia y España, y el Mortirolo, en Italia.

“Todos han sido durísimos, entre ellos el Mortirolo, con temperaturas de menos 4 centígrados, demasiado frío, viento”.

Pero, ¿por qué no ha encarado la pared del municipio de Envigado, ubicada a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar?

“Porque me parece la loma más cruel que haya visto. Da dolor de columna, de estómago y hasta de cabeza con solo verla. Ya la subí en carro y caminando”.

Sin embargo, Juan Camilo, hermano de Federico Ortiz (q.e.p.d.), una de las figuras legendarias del pedal colombiano y gregario de Cochise en Vueltas, manifiesta que le llegó la hora de enfrentar la cuesta, y lo hará en El Reto, evento que realizará por primera vez, en sus 43 años, el Clásico EL COLOMBIANO-Inder Medellín-Movistar.

“Lo hago ahora por dos razones, la primera por lo que significa el Clásico, un evento benéfico, y la segunda porque es un objetivo personal. Este evento es como un Tour de Francia para los ciclistas aficionados en Colombia, nos preparamos todo el año para ganarlo”.

Ortiz Uribe indica que en sus 40 años de ciclista ha tenido la oportunidad de competir en cerca de 20 Clásicos, en los que ha ganado siete veces.

Ahora, la posición en la que termine en el duro ascenso del mítico puerto, con inclinaciones hasta del 18 % de desnivel, es lo que menos le importa.

“Así llegue de último me sentiré un ganador”, se llena de optimismo Ortiz, el hombre que quiere sacar más pecho al ser uno de los pocos que han coronado las grandes cimas de Colombia montado un caballito de carbono .