Las luchas que han tenido que librar las futbolistas colombianas
Se avecina una nueva batalla del fútbol femenino, que les reconozcan sus derechos en el actual receso.
Cuyabra, comunicadora social-periodista egresada de la Universidad del Quindío. Periodista del área Digital interesada en temas relacionados con el deporte y la política internacional.
Aunque la situación por la que atraviesa el fútbol femenino en el país es crítica por la inminente recesión que sufrirá el balompié por el coronavirus, los apuros que vuelven a pasar las mujeres en este deporte no son un escenario nuevo.
Desde la puesta en marcha de la Liga Femenina en 2017, la realización de dicho torneo ha sido una lucha constante de ellas por patear, profesionalmente, el balón en el país.
La jugadora Catalina Usme lo ilustra al decir que “teníamos muy claro que, lastimosamente, el fútbol femenino era uno de los primeros que se iba a ver afectado con esta crisis, pero seguimos en pie de lucha porque estoy convencida de que en algún punto tiene que mejorar”, afirma esperanzada.
En ese camino de reivindicar en el país es necesario mirar atrás y remontarse a 1990, cuando se jugó el primer campeonato femenino que fue ganado por el equipo del Valle, con subtítulo de Antioquia.
Pero solo en 1998 una Selección de mujeres incursionó en un evento internacional. Fue en el Suramericano de Argentina, en el que llegaron hasta la primera ronda.
En la década del 2000 empezaron los grandes hitos de las futbolistas, que pese a no tener un torneo profesional lograron reconocimientos como el tercer puesto del Suramericano de 2003, dos subtítulos de Copa América (2010 y 2014), dos clasificaciones al Mundial (2011 y 2015) y a Olímpicos (2012 y 2016).
El paso más grande llegó en 2017, con la primera Liga; sin embargo, no han contado con garantías para ser consideradas profesionales, razón por la cual luchan por tener un torneo acorde a sus necesidades. “Deben medir nuestro valor y proyección de acuerdo con nuestra historia y logros”, manifiesta la jugadora Oriánica Velásquez.
En estos tres años de esfuerzos por mantener la Liga han sido varias las batallas. La más recordada, la de febrero de 2019 cuando Isabella Echeverri y Melissa Ortiz, de la Selección de mayores, denunciaron irregularidades logísticas en las convocatorias. Con las acusaciones lograron atención y mejores condiciones.
Pero este año su campeonato volvió a complicarse cuando ya estaba lista su realización. Ahora esperan decisiones de la Dimayor y Colfútbol; sin embargo, Usme asegura, que “una caída más no nos va a amilanar” en el deseo de patear de nuevo el balón.