“En 10 días cambiamos pensamientos y energías negativas”: entrevista exclusiva con el técnico de Nacional, Javier Gandolfi
En esta entrevista exclusiva, el entrenador destacó que, pese a que en algún momento sintieron mucho las críticas externas, confía plenamente en el proceso que adelanta.
Comunicador Social-Periodista bilingüe, amante de los deportes. He trabajado en Radio Bolivariana, RCN y Telemundo. Actualmente hago parte de El Colombiano.
El técnico Javier Gandolfi ya logró un título con Nacional y, por ahora, cumple los objetivos parciales de estar clasificado a los cuadrangulares de la Liga Betplay-1 y a los octavos de final de la Copa Libertadores.
Después de un conocimiento más extenso del club y del fútbol colombiano, EL COLOMBIANO dialogó con él sobre el momento que atraviesa, el cual no ha estado exento de críticas. El técnico se refirió al ambiente de grupo, al tema de las expulsiones, al rendimiento como visitante, a la posible llegada de refuerzos, entre otros asuntos que le interesan al hincha verdolaga antes de asumir las instancias definitivas de la Liga y la Copa Libertadores.
¿Cómo califica su proceso con el club verde?
“Haber llegado a Atlético Nacional tras un proceso exitoso de un técnico saliente que dejó dos títulos, obviamente era un lindo desafío para cualquiera que llegara, y más que nada teniendo en cuenta que tenía una final de manera inmediata (la Superliga), y también por el reto de la Libertadores, que es algo que también la gente está ilusionada y ansiosa porque el equipo siga consiguiendo títulos y títulos internacionales. Es por eso que hoy, después de un tiempo, tener la tranquilidad de lograr un objetivo, que es estar en octavos de final faltando un partido, donde en un principio se veía un gris importante en las afueras del club, porque puertas adentro seguíamos trabajando y confiando con esa convicción que te lleva el día a día y con los jugadores que se entregan. También en lo que es el torneo local, sabemos que es una obligación para la institución estar entre los ocho primeros. En gran parte de la Liga estuvimos en la cima, y eso marca que el equipo sigue manteniendo ese carácter y hambre de seguir consiguiendo cosas importantes. Así que el balance es positivo, estamos en el camino correcto y se viene la parte más importante, que es donde se empiezan a definir situaciones cruciales en los dos torneos”.
¿Por qué se refirió tanto en las ruedas de prensa a los 10 días que pidió? ¿Lo puede explicar?
“Básicamente porque estaba confiado de que en 10 días íbamos a cambiar pensamientos y energías negativas que se estaban viviendo en las afueras, de lo que se escuchaba y se leía, lo que no era bueno para nadie. En esos 10 días el equipo logró estar en los octavos de final, ganar y posicionarse en el primer lugar del torneo local siendo protagonista. La realidad es que estamos en una institución en la que tenés que ganar, y cuando empatás, seguramente la crítica va a aparecer. Es aceptable escuchar y leer, pero en mi caso trato de estar en eje todo el tiempo. Por ahí leo lo que tengo que leer, escucho lo que tengo que escuchar, porque seguramente entrás en esa montaña rusa en la que hoy al jugador le toca transitar. Entonces, desde este lado, tratamos de aconsejar y llevar al grupo de la mejor manera, y por eso hablamos de 10 días, porque en ese tiempo íbamos a cambiar esa energía y ese pensamiento”.
¿Por qué cree que se está dando esa diferencia de resultados jugando en casa y como visitante?
“Hablando de Copa Libertadores, para mí la clave es ganar en casa y tratar, obviamente, de sumar de visita, porque eso te da la clasificación. En nuestro grupo ganamos los tres de local y estamos adentro. Los equipos se hacen fuertes de local, y el nuestro es uno de esos. Frente a Internacional como visitante el equipo mostró cosas importantes, salimos a buscar con dos ‘9’ y por ahí no se dio el resultado por situaciones. Pero, por ejemplo, Bahía vino a jugar con nosotros, iban perdiendo 1-0, iban 80 minutos y no salían a presionar. La localía se respeta mucho por lo que hace el equipo, que salió en cada partido a ser protagonista, a morder, jugar, hacer sentir incómodo al rival y a que en ningún momento esté en órbita. Y lo sintieron. El de Internacional fue tal vez el partido más parejo, pero tanto con Nacional (Uruguay) como con Bahía el equipo fue altamente superior”.
Es importante seguir con esa fortaleza en casa, pero para las instancias que se vienen hay que mejorar afuera...
“Más que nada la fase que viene en Copa: un ida y vuelta muy definitivo para cualquier equipo, así que vamos a tener que dar ese salto de calidad en partidos como visitante. Estamos trabajando y, por ejemplo, creo que contra Águilas el equipo hizo un buen partido. En el primer tiempo creamos 4 o 5 situaciones mano a mano con el portero, igual que en el segundo tiempo, pero hay que analizar, porque el rival te llega una vez en el primer tiempo y te convierte de rebote. En el segundo tiempo te golpea al principio y ya después el equipo lo fue a buscar. Pero son detalles, y si te suceden en el torneo local, obvio que en el ámbito internacional puede ser mucho más dañino porque es eliminación directa. Tenemos que trabajar, pero te puedo asegurar que el equipo está comprometido, metido y con confianza en lo que puede hacer”.
¿Cómo mejorar el tema de las expulsiones, teniendo en cuenta que es el equipo con más tarjetas rojas de la Liga?
“Es un punto que he hablado en varias oportunidades después de los partidos, porque me llama la atención y es un tema que todos debemos mejorar. Trato de darle herramientas a los jugadores para que mejoremos desde ese punto. Cuando es una situación normal de partido y de juego, es aceptable. Pero cuando es por un tema externo, un insulto o una falta de respeto, es lo que no debe suceder, porque debemos dar un salto de calidad y hay que darlo todos. Muchas veces miramos a los de afuera, pero necesitamos cambiar nosotros para que después cambien los de afuera. Pero sí, es un trabajo que tenemos que mejorar”.
Los directivos lo respaldan para que cumpla la totalidad de su contrato. ¿Usted sí está conforme en Nacional?
“Tanto con Sebastián (Arango) como con Gustavo (Fermani) tenemos una relación extraordinaria y abierta, y hablamos absolutamente de todo. En los tiempos cercanos en los que se escuchaba mucho ruido, nosotros seguíamos confiando y trabajando, sabiendo que tenemos un contrato de dos años. Desde mi parte lo dije: creo que no tendría ni que firmar el contrato, porque soy un tipo de palabra, y seguramente van a haber situaciones que vamos a tener que estar pasando, como que te puedan venir a buscar de otros lugares, porque es parte del fútbol. Pero desde mi lado estoy convencido de que el fútbol es un proceso. Hoy los resultados mandan y es claro, pero estamos por el camino correcto, comprometidos, y cuando tenés la entrega que te dedican los chicos en el día a día, para uno como cuerpo técnico es muchísimo más fácil”.
¿Sí ha tenido tiempo de disfrutar de Medellín, de salir un poco más?
“La verdad es que vivimos en Llanogrande y me gusta la tranquilidad que se vive aquí. A Medellín me cuesta viajar, es una hora u hora y media para ir, y lo mismo para regresar. La realidad es que conozco poco, pero estoy muy cómodo, la cultura me gusta. Trato de hacer ejercicio todos los días para mantener un poco la cabeza lejos del fútbol y después trabajamos todos los días. Son muchas horas las que conlleva esto, y más cuando tenés partido entre semana. Toca analizar, ver el partido... Así que el poco tiempo que tenemos tratamos de hacer cosas diferentes, pero en mi caso hago deporte para distraerme”.
¿En qué debe mejorar la Liga Colombiana, sobre todo en el tema de expulsiones, del tiempo efectivo de juego, de que los jugadores no finjan tanto, etc.?
“Soy un defensor del arbitraje, porque creo que toman decisiones en milésimas de segundo, y hoy tienen una herramienta muy valiosa que es el VAR, por lo que creo que están un poco más acompañados y respaldados. El tema del fútbol acá es cultural. En Argentina se juega al límite, acá no es que no sea así, pero creo que hay que dar un salto de calidad desde el respeto. Pero es complejo, y primero debemos cambiar nosotros para que lo haga el resto. Debo dar un salto de calidad con mis jugadores y tratar de que terminemos muchos más partidos con 11, porque así empezaremos a mejorar un tema que nos está costando”.
¿El equipo ha evolucionado según lo que usted pensaba y el tiempo que lo lleva dirigiendo?
“Me gustan los equipos que tienen buena posesión del balón, que cambien el chip y tras la pérdida del balón reaccionen de inmediato, y que el rival lo sienta. Hasta acá, en gran parte de los partidos, veo un equipo fluido, que juega. Y también eso lo marcan los goles a favor que tiene el equipo como el más goleador de la Liga. Son estadísticas que reflejan también la posesión del equipo sobre el rival. Pero todo va de la mano: tener posesión, ser protagonista, ir a buscar y después el no dejar jugar al rival. Estamos por el camino correcto y lo podemos seguir mejorando, obviamente que sí. Pero hoy el equipo tiene funcionamientos y movimientos adaptados, que por ahí al principio nos costaban. Ahora con laterales hacia adentro, que también se convierten en extremos, volantes que van a las bandas, extremos que se convierten en segundos ‘9’ y que vienen también hacia adentro. Tenemos movimientos donde el equipo ya está más cómodo, pero me gustaría seguir creciendo y que se siga viendo esa evolución”.
¿Cómo hacer para que esos jugadores a los que se les da la oportunidad puedan llegar a ese mismo nivel de los que llamamos titulares, porque siguen lejos de ellos y aún no se emparejan?
“Para mí hay un claro ejemplo, que es Billy Arce, que seguramente estaba en ese grupo que estás nombrando. Para mí son todos titulares, aunque suene difícil, porque el jugador que está preparado, entrena bien y está esperando el momento, cuando le llega y lo aprovecha, seguramente le pasará lo que hoy le sucede a Billy. Él venía con un problema personal que no lo dejaba entrenar bien, y muchos desde afuera no lo sabían. No estaba por eso. Él resolvió el tema que tenía, cambió la entrenabilidad y hoy nos está dando mucho más juego en esa banda en la que teníamos otras características. Hoy nos da asociación, espacio, duelos. ¿Qué tienen que hacer los otros? Mentalizarse en que el partido más importante es el que viene, porque muchas veces no estás siendo titular dos o tres fechas antes y te toca ese partido, y en él tenés la posibilidad de hacer el gol más importante de tu vida: tenés que estar preparado. ¿Y nosotros cómo los ayudamos? Con la entrenabilidad y tratando de darles minutos, como lo venimos haciendo. Hay partidos donde creemos que lo mejor es el once que yo creo es el mejor. Por eso a mí me cuesta hablar de titulares y suplentes. Uno puede sentir internamente que un equipo es el titular, pero al partido siguiente tenés que utilizar dos o tres jugadores distintos y terminan siendo los titulares. Entonces, hay que tener mucho cuidado cuando hacemos esa diferenciación entre titulares y suplentes”.
¿Está pensando en reforzar el equipo para los octavos de la Libertadores?
“Sí, estamos trabajando y todos los días lo hacemos con los directivos. Obviamente tenemos un tiempo de conocimiento del plantel para ver qué es lo que podemos mejorar y también seguir potenciando dentro de la institución, que eso es importantísimo para que los jóvenes tengan esa vitrina de jugar en Atlético Nacional. Pero también sabemos que hay situaciones en las que podemos dar ese salto de calidad y la jerarquía, que no se compra, se va ganando con la experiencia. Sí, trabajamos para tratar de seguir mejorando. Estamos muy conformes con el plantel que tenemos, pero esto es muy dinámico, porque pueden venir a buscar jugadores y siempre tenés que estar atento a eso”.
¿Pero me imagino que está tranquilo porque la base de jugadores ya aseguró su renovación y por ahí solo está pendiente el caso de Jorman, que también está cerca de cerrarse?
“Sí, totalmente. Siempre que estés en un torneo a mitad de camino, lo ideal es mantener la plantilla por el conocimiento y la química que hay hoy entre jugadores y cuerpo técnico. Estamos pasando un momento extraordinario, y siempre fue así desde que llegamos. Muchas veces, por alguna situación que se ve en campo, pueden llegar a pensar que hay algo en el grupo que no está funcionando, pero les aseguro —y estoy cien por ciento convencido de lo que les estoy diciendo— que tenemos esa química y apertura que genera que el día a día sea mucho más favorable. Eso es bueno, y que se pueda mantener este plantel sería muy positivo”.
¿Cuáles cree usted, entonces, que son las grandes fortalezas de esta familia que usted menciona?
“Para mí, la apertura de lado y lado. La sala técnica está siempre abierta, y las veces que algún jugador se acercó, se le escuchó, se le dio un consejo. Las veces que los capitanes quisieron ir, las puertas están abiertas. Esa comunicación es clave en el fútbol. Hoy cambió: es más abierta, necesitamos mayor contención de un lado y del otro. Un entrenador debe asumir un trabajo muy profundo en la parte emocional para poder estar al frente de 30 o 35 jugadores con distintas situaciones personales. Cada uno tiene las ganas de jugar siempre, y es entendible. Por eso hay emociones que aparecen cuando uno decide un cambio. Después se charla y se corrige, y es parte del crecimiento que hay que tener. Le puede pasar a un chico de 18 años como a uno de 35. Estamos para seguir aportando, porque siempre se puede mejorar sin importar la edad o la experiencia que pueda tener uno”.
¿Es muy difícil manejar un plantel con tantas figuras o, por el contrario, hacen más fácil el trabajo?
“Si hay algo que dejé claro desde que llegué es que el de 16 años y el de 40 van a tener el mismo respeto de mi parte, y va a jugar el que yo sienta que está mejor. Obviamente, tener tantas figuras puede ser complejo, pero si sos claro, transparente y vas de frente, es mucho más fácil. Se trata de encontrar el bienestar grupal. Por eso el ‘Búfalo’, Matheus, Viveros, Fáber —por nombrar algunos—, al mismo David, que muchas veces le doy descanso para que tengan posibilidad Chipi-Chipi y Luis (Marquínez), son situaciones que uno toma para lo mejor del grupo. El que está mejor es el que juega, y eso es parte de la competencia interna”.