Fútbol

Claves para limpiar y recuperar nombre de Fifa

El sucesor de Joseph Blatter será determinante. Que sepa de fútbol, que tenga manejo administrativo, buenas relaciones y un nombre intachable, necesidades del perfil.

Comunicador social periodista de la U. de A. Sigo el fútbol profesional y aficionado, la gimnasia, el voleibol y las otras disciplinas del ciclo olímpico. Redactor de El Colombiano

04 de junio de 2015

Elegir a una persona que reúna conocimientos administrativos y futboleros, además de tener una imagen intachable, será clave en el futuro de la Fifa.

Y es que limpiar la imagen actual, donde el nombre de la entidad está manchado por rumores de corrupción, será una tarea ardua que tardará mucho tiempo. Ese líder, además de gestionar una reestructuración, deberá recuperar la credibilidad ante las multinacionales que auspician el fútbol y convertirse en el mejor diplomático porque la coyuntura actual no solo afecta el lado deportivo, también tiene alcances económicos y políticos y hasta raciales.

En Rusia, por ejemplo, sus dirigentes insinúan que Inglaterra y Alemania quieren boicotear el Mundial 2018 y en Catar, el ministro de relación exteriores dijo “es muy difícil para algunos digerir que un país árabe islámico celebre este torneo, como si no estuviera bien que lo hiciera”, reseñó Reuters.

Ramiro Ruiz, presidente del Envigado F.C. asegura que una figura como Michel Platini es el ideal para relevar a Blatter. “Un personaje como él reúne principios de equidad, transparencia, justicia y conocimiento”.

Juan Carlos de la Cuesta, presidente del Atlético Nacional, señaló que independiente del elegido, la Fifa debe volver a los valores fundamentales de ética y transparencia. “Tomará mucho tiempo y se necesitará de personas íntegras y transparentes en el manejo de los recursos, y de una institución en la que los controles sean rigurosos. No dejar que una persona adquiera tanto poder, que ese organismo no sea tan cerrado”.

En la misma tónica se mostró el presidente del Once Caldas, Rafael Castañeda, al asegurar que el liderazgo y la ética deben ir siempre de la mano y acompañar a sus dirigentes.