Estos colombianos están siendo más decisivos que Haaland, Mbappé y Messi en el Mundial de Clubes
El gran momento de Jhon Arias, Richard Ríos y Nelson Deossa, entre otros colombianos en la competición, se ha robado los reflectores.
Comunicador Social-Periodista bilingüe, amante de los deportes. He trabajado en Radio Bolivariana, RCN y Telemundo. Actualmente hago parte de El Colombiano.
Un tiro libre milimétrico que metió en la escuadra, una gambeta endiablada que hizo levantar al estadio, un misil desde fuera del área que estremeció las redes, y un cierre defensivo que salvó un gol cantado en el último minuto. Esas jugadas, propias de los grandes escenarios del fútbol mundial, no han tenido como protagonistas a nombres europeos ni sudamericanos tradicionales. En el Mundial de Clubes 2025, los focos apuntan a un grupo de futbolistas colombianos que están dejando una huella imborrable en el certamen y haciendo vibrar a todo un país.
Los líderes de la revolución cafetera
En el corazón del Fluminense brilla con luz propia Jhon Arias, el capitán, el alma del equipo carioca y, para muchos, el “Pelé” colombiano. Con un promedio de pases efectivos superior al 80% y la mayor cantidad de remates a puerta del equipo, Arias ha sido una pesadilla para las defensas rivales. Su inteligencia táctica, velocidad y claridad en el último pase lo tienen como el jugador mejor calificado del club, con una media de 9,5 puntos por partido según los analistas especializados.
No menos destacada ha sido la actuación de Richard Ríos, mediocampista del Palmeiras. Equilibrado, certero y con un instinto ganador que contagia a sus compañeros, Ríos ha dominado el mediocampo como pocos en este Mundial. Sus 13 duelos ganados por partido y un promedio de 8 remates a portería por encuentro lo colocan como uno de los hombres más influyentes del torneo. Para el técnico de Palmeiras, “Ríos es el motor del equipo. Si él funciona, todo el sistema se activa”.
En el norte del continente, Nelson Deossa se ha encargado de hacer magia con la camiseta del Monterrey. El exjugador de Atlético Nacional ha sorprendido con su capacidad de cambiar de ritmo, sus potentes remates y su visión de juego. Apodado ya como el hombre de los misiles, Deossa es el jugador con mayor fuerza de disparo registrada en el torneo. Su nombre empieza a aparecer con insistencia en las carpetas de clubes europeos, especialmente en Francia y Alemania.
Seguridad desde el fondo
Y si hablamos de seguridad defensiva, Stefan Medina ha dado cátedra con cada intervención. Con el Monterrey también clasificado a octavos, Medina lidera el ranking de rechazos del torneo y ha sido un muro infranqueable para los delanteros rivales. Su experiencia y lectura de juego son claves en la solidez del equipo mexicano.
No todos corren con la misma suerte
Aunque la presencia colombiana ha sido destacada, no todos los cafeteros han tenido un Mundial para recordar. Kevin Castaño y Miguel Borja, ambos con River Plate, quedaron eliminados tras perder ante el Inter y cerrar la fase de grupos en el tercer lugar. Borja, goleador en la liga argentina, no logró marcar diferencias en el certamen internacional, mientras que Castaño no pudo consolidarse como titular.
Otra historia distinta fue la de Jerson Lagos, joven talento del Auckland City de Nueva Zelanda. Su equipo quedó eliminado en la fase de grupos, pero logró un punto histórico al empatar con Boca Juniors, en un partido donde Lagos fue tendencia por su entrega y talento. En el conjunto argentino, Frank Fabra, aunque con pocos minutos, también hizo parte del duelo.
Un mercado que se agita
El rendimiento superlativo de Arias, Ríos, Deossa y Medina ha generado un efecto inmediato en el mercado de fichajes. Diversos clubes europeos ya están preparando ofertas concretas, especialmente por los tres primeros, cuyos nombres figuran en las listas de prioridades para el verano de 2025. Se habla de cifras cercanas a los 15 millones de euros en el caso de Arias, y de propuestas desde Italia y la Premier League por Ríos.
Este Mundial de Clubes, más allá del espectáculo global que representa, se ha convertido en una vitrina de lujo para el talento colombiano. La bandera tricolor flamea con fuerza en estadios de Norteamérica, y el futuro parece prometer aún más emociones de la mano de estos embajadores del fútbol nacional.
Lo que viene
Con sus equipos ya clasificados a los octavos de final, estos futbolistas colombianos tendrán la oportunidad de seguir demostrando su categoría y, por qué no, llevar a sus clubes hasta la gran final del 13 de julio en el MetLife Stadium de Nueva Jersey. El reto es inmenso, pero si algo han demostrado es que están hechos para las grandes gestas.
Colombia no solo mira con orgullo, sino también con esperanza. Porque el presente de estos cracks puede ser el inicio de un ciclo brillante para la selección nacional y el fútbol cafetero.