Fútbol

El técnico de Nacional, Diego Arias, entró a un selecto grupo de entrenadores

Ha logrado lo que pocos técnicos en la historia de Nacional: vencer en un mismo semestre a todos los rivales clásicos.

Comunicador Social-Periodista bilingüe (inglés y español). He trabajado en Radio Bolivariana, RCN y Telemundo. Hago parte de EL COLOMBIANO. Recibí premios Ovations de la NBC. Lideré el sitio web hispano de NBCOlympics.com para los Olímpicos de Beijing 2008, edité y establecí el contenido de video original para la programación en web de la Selección Mexicana en Medios Digitales de Telemundo. Responsable de la gestión editorial de la portada de yahootelemundo.com. Enviado especial al Mundial de Rusia 2018, la Copa América en Chile 2015, los partidos de clasificación al Mundial de la Selección Colombia, la Asamblea General de la ONU en 2009, y el rescate de los 33 mineros en Chile.

04 de noviembre de 2025

En un fútbol donde los procesos suelen medirse en semanas, Diego Arias ha demostrado que la convicción, la coherencia y el trabajo silencioso pueden transformar a un equipo gigante como Atlético Nacional en poco tiempo. Con ocho victorias, dos empates, 24 goles a favor y un imponente 87% de rendimiento, el técnico risaraldense no solo ha devuelto la confianza a los jugadores y la ilusión a la hinchada, sino que también ha reavivado el orgullo verdolaga con triunfos sonoros.

Los números de Arias no son fríos datos estadísticos: son señales de un renacimiento. En su corta pero brillante gestión, Nacional volvió a ganar en Santa Marta después de 21 años, venció a Millonarios en el Atanasio tras ocho años de frustraciones, y goleó 5-2 al Independiente Medellín, rompiendo una sequía de nueve clásicos sin victorias. Cada uno de esos hitos tiene un peso emocional enorme en la historia reciente del club.

Pero el punto culminante llegó con el 4-1 ante América de Cali en la semifinal de ida de la Copa BetPlay. Ese resultado no solo encaminó la serie, sino que inscribió a Arias en un selecto grupo de entrenadores que han derrotado a todos los rivales clásicos en un mismo semestre, una gesta que solo habían conseguido Carlos Navarrete (2006-I) y Santiago Escobar (2011-I), según confirmó el estadígrafo Javier Danilo Correa.

La clave de este éxito, en palabras del propio técnico, va mucho más allá del marcador. “Todos estos resultados son a partir de la disposición al trabajo de los jugadores, de la intensidad con la que juegan. De la forma como cada vez estamos más unidos para que cada partido desarrollemos algo que planificamos. Esto tiene que ver mucho con ellos y es un trabajo de muchas personas que hacen parte de Atlético Nacional; esto es un reconocimiento para todo el club”, expresó Arias.

Y es que bajo su mando, Nacional no solo gana, sino que juega con una convicción renovada. La presión alta, la solidaridad en defensa y la fluidez ofensiva son hoy rasgos característicos de un equipo que parece disfrutar del juego.

Su proyecto, además, ha potenciado el nivel de futbolistas que estaban en deuda. Andrés Román, sólido y protagonista por la banda derecha; Marino Hinestroza, con su desborde y gol recuperado; Matheus Uribe, cada vez más líder; y Andrés Sarmiento, hoy más maduro y comprometido. Todos han encontrado bajo Arias un contexto que los potencia.

Pero quizás su mayor aporte ha sido la integración de los jóvenes al primer equipo. Arias ha dado minutos y confianza a nombres como Cristian Uribe, Simón García, Royer Caicedo, Elkin Rivero y Juan Manuel Rengifo, quienes ya empiezan a escribir sus primeras líneas en la historia verdolaga. “Estamos muy contentos con el rendimiento del equipo. Todos los jugadores han estado muy dispuestos y eso permite que los juveniles entren en un funcionamiento colectivo. El apoyo de los jugadores grandes como David (Ospina), Román (Andrés), Campuzano (Jorman), Matheus (Uribe), Edwin (Cardona)... sin duda hace que todos crezcamos, y eso nos pone muy contentos”, añadió el estratega.

Este Nacional de Diego Arias tiene algo que va más allá de la estadística: tiene alma. Los hinchas lo sienten, los jugadores lo expresan y los resultados lo confirman. En un momento donde el equipo necesitaba reencontrarse con su esencia, apareció un técnico de la casa, con un discurso sereno pero firme, capaz de unir a todos detrás de una misma idea: el trabajo bien hecho.