Fútbol

De defenderse con cuchillo a la final de la Libertadores: Carrascal buscará la gloria este sábado, ¿a qué horas y dónde ver el partido?

Jorge Carrascal, el cartagenero que forjó su carácter en las calles de Escallón Villa, será el único colombiano en la final de la Copa Libertadores y buscará este sábado escribir el capítulo más importante de su carrera con Flamengo.

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Comunicador Social-Periodista bilingüe (inglés y español). He trabajado en Radio Bolivariana, RCN y Telemundo. Hago parte de EL COLOMBIANO. Recibí premios Ovations de la NBC. Lideré el sitio web hispano de NBCOlympics.com para los Olímpicos de Beijing 2008, edité y establecí el contenido de video original para la programación en web de la Selección Mexicana en Medios Digitales de Telemundo. Responsable de la gestión editorial de la portada de yahootelemundo.com. Enviado especial al Mundial de Rusia 2018, la Copa América en Chile 2015, los partidos de clasificación al Mundial de la Selección Colombia, la Asamblea General de la ONU en 2009, y el rescate de los 33 mineros en Chile.

hace 22 minutos

Jorge Carrascal vuelve a mirar a su alrededor, respira hondo y entiende que cada paso que lo separa del túnel hacia la cancha del estadio Monumental de Lima es un recordatorio de lo lejos que ha llegado. Este sábado, desde las 4:00 p. m., será el único colombiano presente en la final de la Copa Libertadores entre Flamengo y Palmeiras, una cita que puede inscribir definitivamente su nombre en la historia grande del fútbol sudamericano. El encuentro se podrá ver por ESPN y Disney +.

El camino que lo trajo hasta aquí no fue una línea recta. Fue una sucesión de curvas peligrosas, calles polvorientas y decisiones que pudieron cambiarlo todo. En el barrio Escallón Villa de Cartagena, donde creció, la crudeza de la vida marcaba el ritmo. Allí, donde los partidos se jugaban con piedras como arcos y las derrotas terminaban a golpes, Carrascal entendió dos cosas: que el fútbol podía salvarlo y que, para sobrevivir, primero había que aprender a defenderse.

Su padre, con su mismo nombre, lo recuerda con honestidad: “Gracias a Dios dejó atrás esa etapa, cuando incluso andaba armado con un cuchillo”. Un niño obligado a endurecer el carácter antes de tiempo, pero que encontró en la pelota un refugio y una salida. Ese carácter, forjado a fuego en la calle, hoy es el que lo impulsa a liderar a uno de los clubes más grandes del continente en la final más prestigiosa de América.

Carrascal debutó a los 16 años con Millonarios, pero su carrera pronto tomó un rumbo inesperado. Saltó a Europa muy joven, primero con el Sevilla y luego con el Karpaty Lviv de Ucrania, un destino improbable para un niño caribeño. Allí aprendió a convivir con traductor, a soportar inviernos que parecían interminables y a adaptarse a una cultura que le era ajena. Fue en Lviv donde entendió que la madurez no llega con los años, sino con las circunstancias.

Después vino River Plate, donde Marcelo Gallardo lo recibió con paciencia y convicción. En Argentina lo bautizaron como el “Neymar colombiano”, no por comparación directa con el astro brasileño, sino por su gambeta eléctrica, su ritmo distinto, esa capacidad inagotable para romper líneas. Con River ganó la Recopa Sudamericana de 2019, su primer título internacional.

Luego Rusia: CSKA y Dinamo Moscú. Una liga dura, física, exigente. Allí se consolidó, sumó minutos, se volvió más completo. Cuando Flamengo lo llamó este año, ya no era el chico talentoso que buscaba un lugar: era un futbolista hecho, maduro, listo para competir por todo.

Flamengo lo incorporó en agosto, cuando la Libertadores ya había avanzado a instancias definitivas. Carrascal no disputó la fase de grupos, pero eso no impidió que dejara una marca indeleble en el camino hacia la final. En el único partido en el que lo pusieron como titular —la semifinal de ida ante Racing— respondió como lo hacen los grandes: hizo el gol del triunfo y fue la figura absoluta de un duelo cargado de tensión.

Ese tanto, que valió el 1-0 global, es el que hoy tiene al Flamengo peleando por su cuarta Libertadores. Y al colombiano, a un paso de su consagración personal.

Si se corona campeón, Carrascal sumará su segundo título sudamericano —tras la Recopa con River— y se unirá a una lista selecta de colombianos que han brillado en este certamen. El ejemplo más reciente es Jhon Arias, héroe de Fluminense en 2023, cuando disputó los 13 partidos del torneo, marcó 2 goles, dio 3 asistencias y formó una sociedad inolvidable con Germán Cano.

Carrascal quiere repetir esa historia. Quiere ser esa pieza decisiva que aparezca cuando la pelota quema, cuando la presión asfixia, cuando el continente entero mira.

En frente estará Palmeiras, el único rival que amenaza también el otro gran objetivo del Flamengo: el título del Brasileirao, donde el Mengão marcha líder a falta de dos jornadas. Curiosamente, Palmeiras es el único capaz de arrebatarles ese trofeo también.

La final tiene entonces un sabor doble, un capítulo que puede definir no solo al campeón continental, sino el impulso final hacia el título local. Para Carrascal, representa la oportunidad de una gesta mayor: participar directamente en el retorno del Flamengo a la cima de América y consolidarse como uno de los futbolistas colombianos más influyentes del continente.

Cada vez que toma el balón, Carrascal lleva consigo la memoria de las calles donde comenzó todo. Lleva las cicatrices de los partidos improvisados, el ruido de un barrio que lo empujó al límite, el consejo silencioso de un padre que temía por su destino y hoy lo ve en la antesala de la gloria.

Este sábado puede convertirse en campeón de la Copa Libertadores con el Flamengo. Puede demostrar que aquel niño con un cuchillo en el bolsillo encontró, finalmente, un arma mucho más poderosa: su talento.

La historia está lista. Lima será testigo. Y Jorge Carrascal, a sus 27 años, quiere escribir el capítulo más importante de su vida.