Fútbol

Diogo Jota murió ahí... y Pacho Maturana recuerda cuando arriesgó su vida en esa misma vía

El técnico colombiano reveló una anécdota que le sucedió en la misma carretera en la que falleció el futbolista portugués junto a su hermano.

Comunicador Social-Periodista bilingüe (inglés y español). He trabajado en Radio Bolivariana, RCN y Telemundo. Hago parte de EL COLOMBIANO. Recibí premios Ovations de la NBC. Lideré el sitio web hispano de NBCOlympics.com para los Olímpicos de Beijing 2008, edité y establecí el contenido de video original para la programación en web de la Selección Mexicana en Medios Digitales de Telemundo. Responsable de la gestión editorial de la portada de yahootelemundo.com. Enviado especial al Mundial de Rusia 2018, la Copa América en Chile 2015, los partidos de clasificación al Mundial de la Selección Colombia, la Asamblea General de la ONU en 2009, y el rescate de los 33 mineros en Chile.

09 de julio de 2025

Francisco “Pacho” Maturana, una de las figuras más emblemáticas del fútbol colombiano y exentrenador del Real Valladolid y el Atlético de Madrid, recordó con profunda emoción una experiencia personal que hoy cobra un nuevo significado tras la trágica muerte de Diogo Jota y su hermano en una autopista española. Lo hizo con tono sereno pero cargado de advertencia, dejando entrever cómo la juventud, la adrenalina y la falsa sensación de control pueden convertirse en una mezcla letal.

En una conversación con Línea de Gol, el podcast deportivo de EL COLOMBIANO, Maturana relató una vivencia que tuvo durante su etapa en el fútbol español, precisamente en la misma autopista donde ocurrió el fatal accidente del futbolista portugués. “A mí eso me impactó, porque cuando estuve en España recorría esa carretera, que es completamente plana y recta. En mi juventud, buscaba desafíos personales y a veces viajaba por la noche. La vía estaba impecable, y una noche, yendo a reunirme con el presidente del Madrid para planear el equipo de la próxima temporada, rompí mi récord de velocidad”, contó el entrenador.

La anécdota, lejos de generar admiración, recibió una respuesta que marcó a Maturana para siempre. Al llegar al entrenamiento, le compartió su “hazaña” a un directivo de nombre Camilo Segoviano. Pero en lugar de celebrar la velocidad alcanzada, Segoviano le hizo una advertencia que hasta hoy resuena en la memoria del técnico chocoano: “Eso no me parece interesante, porque estás arriesgando tu vida sin necesidad”.

Intrigado, Maturana le replicó: “Camilo, pero a esa hora no hay tráfico y esa carretera es fantástica”. Sin embargo, la respuesta del directivo fue contundente y reveladora. Le explicó que había trabajado durante 15 años en una fábrica de llantas y sabía muy bien que incluso en condiciones perfectas, siempre existe la posibilidad de que un neumático se reviente a alta velocidad. “No vale la pena exponer la vida así”, le dijo con firmeza.

Años después, esa conversación cobra un nuevo sentido para Maturana. El accidente de Jota no solo le remueve recuerdos personales, sino que le sirve como una advertencia para las nuevas generaciones: “Eso tiene vigencia hoy porque la velocidad en un auto deportivo es casi que jugar con la vida. Lo que le pasó a Jota es un mensaje, sobre todo para los jóvenes”.

En una época en la que la inmediatez y la búsqueda de emociones fuertes parecen marcar el ritmo de vida de muchos jóvenes, la reflexión de Pacho Maturana nos recuerda que la vida no siempre da segundas oportunidades. Y que, en una autopista —aunque parezca perfecta—, la línea entre la gloria y la tragedia puede desvanecerse en un segundo.