Los “manitos” exhiben toda su cultura en babyfútbol del Festival
Cuyabra, comunicadora social-periodista egresada de la Universidad del Quindío. Periodista del área Digital interesada en temas relacionados con el deporte y la política internacional.
En un auténtico estadio Azteca se convirtió ayer la Marte 1 con la aparición del representativo de México en el babyfútbol del Festival de Festivales.
Sombreros de charro, ponchos y rostros pintados de verde, blanco y rojo, haciendo alusión a la bandera de ese país invitado, y hasta rancheras se escucharon en las tribunas del escenario deportivo que lució más internacional que nunca. Y promete extenderse cada vez que el equipo salga a jugar.
Y en la cancha no fue la excepción, pues Diego Edut Ortega, capitán de 12 años de edad, condujo al triunfo 1-0 sobre El Chile de La Estrella, en la primera jornada del grupo H.
El volante, que hace parte del club Tiburones Freseros, base del elenco mexicano que actúa en el Festival, además de exhibir su buen juego, manifestó, como líder, el gusto de todo el grupo por participar en el torneo, el primero en el que compiten fuera de su país.
“Todos estamos muy contentos de estar aquí. Este es un torneo bien padre, nos han dicho que es el mejor en nuestra categoría. Queremos ser los mejores y dejar el nombre de México en alto”, dijo el menor de edad, que sueña con jugar en el club América, del que es hincha.
Por eso, pisar la Marte para él y sus 12 compañeros procedentes de Irapuato, ciudad del estado de Guanajuato, fue como entrar al Azteca, máximo escenario deportivo del fútbol “manito” y sede del elenco del que es seguidor.
Cuota local
En medio del onceno de acento diverso, el tono de voz de dos jugadores no es ajeno al de los locales. Se trata de los gemelos José Alejandro y Juan José Hennessey Hernández, arquero y delantero, respectivamente, encargados de ser los anfitriones de la delegación internacional y también se han contagiado del folclor mexicano.
José Alejandro, que se describe como un arquero con un “buen achique”, también disfruta de actuar por primera vez en el babyfútbol y sueña en llegar a ser como David Ospina, portero de la Selección Colombia y quien también participó en el certamen.
“Antes de jugar me sentía muy ansioso, pero era algo normal, luego lo dimos todo en la cancha y logramos ganar”, manifestó el guardavallas que conoció al cuadro mexicano luego de enfrentarlos, el año pasado, con el club Sporting de Neiva, en la Copa Santos Peñoles, organizada por el club Santos Laguna.
Marisol Hernández, mamá de los gemelos, destacó de esta fusión la experiencia multicultural que los menores de edad viven a través del deporte. “Ha sido muy bonito escucharlos hablar de sus tradiciones, de sus jugadores favoritos o de cómo se le dicen a ciertas cosas acá y en México. Estas experiencias forman vínculos de amistad que pueden durar para toda la vida”.