Fútbol

Con este apodo que le puso Nicolás Otamendi a Richard Ríos, sellaron su reconciliación en Benfica

La relación entre ambos, que en el pasado estuvo marcada por una fuerte pelea durante las Eliminatorias al Mundial de 2026, dio un giro positivo tras coincidir en el club luso.

01 de agosto de 2025

El fútbol, con su capacidad para generar emociones intensas, también es testigo de transformaciones que a veces parecen improbables. Así ocurrió con Nicolás Otamendi y Richard Ríos, dos jugadores que hace menos de un año protagonizaron una de las trifulcas más recordadas de las Eliminatorias al Mundial de 2026, cuando sus selecciones, Argentina y Colombia, se enfrentaron en un duelo cargado de tensión. Sin embargo, el destino —o el mercado de fichajes— los cruzó en otro escenario, y la historia entre ambos dio un giro tan inesperado como simbólico.

Este jueves 31 de julio de 2025, el Benfica se coronó campeón de la Supercopa de Portugal, y la celebración en el camerino del club mostró una imagen tan festiva como reveladora. En medio del júbilo por el título, Richard Ríos desató su ritmo con unos pasos de baile que arrancaron aplausos y risas de sus compañeros. Pero lo más llamativo fue quién se convirtió en el camarógrafo improvisado del momento: nada menos que Nicolás Otamendi.

El veterano defensor argentino no solo grabó el momento con su celular, sino que además lo compartió en sus redes sociales, dejando ver que entre él y el mediocampista colombiano ahora reina la camaradería. “El panita tirando los prohibidos”, escribió Otamendi en una historia de Instagram, usando con picardía un apodo lleno de cercanía para referirse a Ríos. El apodo y el tono del mensaje dejaron claro que las antiguas diferencias quedaron enterradas bajo la convivencia diaria y el compañerismo que da vestir los mismos colores.

El gesto fue celebrado por hinchas en Colombia, Argentina y muchos otros lugares donde el fútbol no se vive solo con pasión, sino también con memoria. Muchos recordaron el áspero cruce entre ambos durante las Eliminatorias sudamericanas, un episodio que entonces encendió debates y dividió opiniones. Pero la llegada de Richard Ríos al Benfica marcó el inicio de una nueva etapa: desde su primer día en el club portugués quedó en evidencia que los roces del pasado habían sido limados.

Otamendi, uno de los líderes del vestuario y referente del Benfica, fue clave en la integración de Ríos. Su gesto de grabar y difundir el baile del colombiano no fue casualidad: fue una muestra pública de afecto, una señal de que la tensión se transformó en respeto, y el respeto, en una inesperada amistad.

Para Ríos, esta escena también simboliza su rápida adaptación al fútbol europeo de élite. Su fichaje por el Benfica fue uno de los más comentados del mercado en Portugal, y el colombiano ha respondido con entrega, calidad y una sonrisa que empieza a ser habitual en Lisboa. Su talento en la cancha y su alegría fuera de ella están conquistando no solo a los aficionados, sino también a sus propios compañeros.

La escena en el camerino del Benfica tras ganar la Supercopa no fue solo una celebración de un título más. Fue también una imagen que habla del poder del fútbol para redimir, acercar y transformar vínculos. La historia entre Otamendi y Ríos, que empezó con un fuerte encontronazo en medio de una batalla sudamericana, hoy se cuenta con carcajadas, pasos de baile y un apodo que dice mucho más que mil palabras: “el panita”. Así, el fútbol vuelve a demostrar que, además de goles y títulos, también está hecho de reconciliaciones que valen oro.