Fútbol

Yony González se abre paso con dinámica, buen fútbol y goles

Editor del área Deportes con más de 30 años de experiencia en el cubrimiento de fútbol y todas las disciplinas olímpicas. Comunicador social-periodista egresado de la Universidad de Antioquia. Premios colectivos con EL COLOMBIANO Simón Bolívar (Deportes) y Rey de España (Conflicto urbano).

19 de abril de 2015

En su antebrazo derecho tiene tatuada la imagen de Jesús, y en los próximos días estampará en su piel a la virgen María. Yony González Murillo es un hombre de fe y grandes retos.

A sus 21 años este futbolista nacido en el Hospital San Vicente de Paúl, de Medellín, y criado en el barrio Belencito, disfruta con sus compañeros la buena campaña del Envigado.

“Es un momento grato para nosotros, porque tenemos un equipo joven que trabaja y juega bien a la pelota. Estamos felices por la cercanía de la clasificación y sabemos que no podemos bajar la guardia”, dice el muchacho de piel morena que en un maorí, en su antebrazo izquierdo, inscribió la fecha de su debut como profesional: 3 de marzo de 2013 cuando le ganaron 1-0 al DIM en el Atanasio con 10 jugadores.

Yony, de sonrisa blanca y fina, evoca con satisfacción sus inicios en la institución naranja, a la que llegó cuando tenía nueve años. Hace tres ascendió al plantel profesional y con su talento alcanzó un cupo en la titular.

Esas ya son metas cumplidas para él, como también logró darle estabilidad económica a su familia. Su padre (Efraín), acordeonista de un conjunto vallenato y otras veces conductor de un vehículo en el que hacía trasteos, ahora descansa tranquilo en su casa.

“Yo quería recompensarle todo el esfuerzo que hizo para darme lo necesario, ya se había matado tanto por mí que era justo que descansara”, confiesa este joven quen proyecta su futuro en un club europeo, como lo han hecho varios futbolistas del Envigado.


Progresos evidentes

El exentrenador de los naranjas Pedro Sarmiento lo utilizaba de volante seis, pero Juan Carlos Sánchez le ha dado más libertades y lo convirtió en un jugador que, además de marca, aporta dinámica y goles de media distancia (lleva 7 en el rentado).

González es, como lo asegura su técnico actual, un jugador de proyección, uno de los próximos canteranos que irá al balompié internacional. “He soñado en grande y creo que estoy haciendo bien el trabajo para alcanzar ese objetivo”, relata el hijo de Luz Marina, hermano de Diana Gisela y tío de Isabel, con quienes vive.

En sus ratos libres le gusta quedarse en la casa, descansando. También sale a hacer barras o saca a pasear a su mascota, un pitbull al que llama Dólar, nombre que le pareció curioso y que, según él, nada tiene que ver con ambiciones monetarias.

El barrio Belencito le encanta. Allí lo llevaron sus padres cuando tenía cuatro años y en sus calles y cancha de arenilla dio las primeras patadas a un balón. Quiere a su gente, quienes fueron testigos de sus progresos y aprendieron a cuidarlo y protegerlo.

Hubo una época de violencia en la que sintió miedo y les pidió a la directivos del Envigado para que le ayudaran a vivir en otro lugar. Se fue un tiempo, pero regresó y vive feliz allí donde “todo está calmado”. Se siente pleno, así tenga que atravesar la ciudad para asistir a los entrenamientos diarios.

Dentro del grupo, Yony se nota tranquilo, pero antes de los partidos y en compañía de lateral Cristian Arrieta, con quien ha hecho una bonita amistad, llevan música para bajar la tensión. “Reguetón y algo de salsa” son los ritmos que eligen y en los que se refleja la alegría de este muchacho que brilla en el torneo colombiano.