Independiente Medellín

Hinchada apoyó hasta el final

Lo que arrancó como una gran fiesta en varios sectores de Medellín terminó en tristeza, pues la sexta se volvió a escapar.

Periodista de la Universidad del Quindío. Cuyabra hasta los huesos y mamá de un milagro llamado Mariana, amante de la salsa y apasionada por el deporte.

08 de junio de 2015

Todo era optimismo, felicidad y la sexta ya estaba pintada en el escudo del Poderoso.

En el Puente de la Toma, San Juan, San Javier, San Diego, Buenos Aires, El Salvador, Enciso, El Picacho, Belencito Corazón y Castilla, entre otros, las calles eran rojas y azules, bombas, banderas y festines adornaban todos los barrios.

La fiesta estaba armada y con la salida del Medellín el ánimo llegó al punto más alto.

Los más jóvenes se armaron de tambores para animar desde fuera del estadio mandarle buena energía a los dirigidos por Leonel Álvarez.

Pero poco a poco las caras alegres se fueron opacando, las banderas dejaron de ondear y a los 39 minutos el frío se apoderó de los hinchas escarlatas que sintieron el gol de Andrés Roa como un baldado de agua helada.

Y aunque quedaban 45 minutos para remontar la historia, el optimismo empezó a caer cuando Vladimir Marín, perdió el penal a los cuatro minutos de la complementaria, era el empate.

Allí las uñas empezaron a desaparecer, la angustia se apoderó de los hinchas y muchos se sentaron en los andenes y calles porque ya no les daba para seguir de pie esperando la remontada.

Una leve esperanza se vivió cuando Charles Monsalvo marcó el 1-1, pero con el paso de los minutos la desilusión fue grande.

La sexta no llegó y los hinchas rojos tuvieron que resignarse nuevamente a ser subcampeones.

El Cali les dejó el amargo sabor de la derrota y se llevó la anhelada estrella .