“Hinchas del DIM entenderán que lo hacemos por ellos”: “Cunda” Valencia
Con determinaciones complejas y mirando hacia la base, en el club apuntan a un futuro más tranquilizador.
Soy periodista porque es la forma que encontré para enseñarle a mi hija que todos los días hay historias que valen la pena escuchar y contar.
Por juan felipe zuleta valencia
Juan Bernardo “Cunda” Valencia, el gerente del DIM, sabe que en este momento la hinchada lo ve, incluso, como un “enemigo” por las decisiones impopulares tomadas para sanear económicamene al club. Pero él lo asume como parte de un camino por el que quiere conducir al club.
Cuando recuerda el título de Copa Águila en medio de la tribulación que vivía el equipo, se le arma un nudo en la garganta y los ojos se le ponen vidriosos. Pero sabe que está en el cargo para ir más allá.
En este diálogo habla sobre los avatares de un negocio lleno de intereses desbordados como lo es el fútbol, del polémico Raúl Giraldo, máximo accionista del elenco rojo y de su cruzada por hacer del futbolista del DIM, del jugador colombiano, en general, un profesional mucho más íntegral. Tarea difícil.
Usted que venía de otra cultura, ¿imaginó que fuera tan desgastante un periodo de fichajes en Colombia con tantos rumores, falacias y presiones de la hinchada?
“Sí, claro. Pero sabe que me ha dado la oportunidad de hacer algo que yo consideraba fundamental y es abrir espacios de comunicación. Lo hemos hecho con los conversatorios con la prensa y les he insistido en el club la importancia de saber entender la inquietud de la afición y la prensa por estar informados. Con esto atacamos un poco el cáncer de la desinformación en estos periodos y, de paso, hacemos pedagogía todos: medios, hinchas, directivos. Si el ambiente malsano no empezamos a cambiarlo puede hacerle mucho daño al deporte”.
Una de las grandes inquietudes de la hinchada es qué tanta independencia tiene usted de Raúl Giraldo, en cuanto a toma de decisiones...
“Yo he notado que don Raúl se ha vuelto una persona prevenida porque le dan muy duro. Pero hay que entender que es su patrimonio familiar el que está puesto en el club. Creo que él se había rodeado de personas que no lo estaban llevando por el camino correcto y tomaba decisiones solo y asesorado por gente equivocada. Entonces lo que hemos hecho es rodearlo y garantizar que no tome decisiones en solitario. Ahora somos un comité que lo asesora mejor. Hay reestructuración, nueva metodología, cambios de personal. Él tiene muy buena disposición para acoger estos cambios y lo que pide es ser tenido en cuenta”.
Que sea Aldo Bobadilla el técnico, un tipo con carácter y ascendencia entre la afición, ¿le ha facilitado tomar esas decisiones que usted llama impopulares pero necesarias?
“Total. Me quedo corto al hablar de la convicción que él tiene en este proyecto. Yo tuve la oportunidad de trabajar en Inglaterra y en muchos momentos su manejo de grupo y estilo de trabajo me recuerdan esa disciplina férrea que experimenté allá. A los jugadores los mandó con plan de trabajo y alimentación a vacaciones. Les hace seguimiento. Él tuvo que viajar por un tema familiar con su madre y tenía tiquetes de regreso para el primero de enero, con su cuerpo técnico. Pero me decía que no se aguantaba. Así que se vino con su familia, aterrizó, fue a la oficina y me propuso que armáramos ese encuentro con la prensa de inmediato. Es un gran respaldo y yo siento que desde que el día que acordamos que sería el técnico hubo un click entre ambos que nos ha llevado a trabajar de gran forma. A veces discutimos, como hermanos. Pero siempre llegamos a acuerdos, desde el respeto. Sí, ha sido un apoyo para mí y viceversa”.
Si bien la realidad del DIM es compleja, no es ajena a la del fútbol colombiano. Acá se habla de fair play financiero, topes salariales, pero, al final, llega un club como Junior con negocios desbordados y la burbuja sigue inflándose. ¿Cuánto más va a durar antes que estalle?
“Hubo un tiempo en el que pasó algo similar en el béisbol. Jugadores que ganaban 2 millones de dólares, pasaron a ganar 200. Ahí tocó decir, venga qué está pasando acá. Justo pensaba en eso mientras organizaba un trabajo de valorización de derechos deportivos de jugadores del club y pensaba en esa herramienta tan útil pero que en este país tanto temen usar y son los topes salariales que dependen de factores como rendimiento, recorrido, lesiones, convocatorias a Selección. Pero es insostenible la dinámica de un jugador que se gana 30 millones de pesos y al semestre siguiente pide 100. Los premios, ese es otro tema complejo y los directivos alcahueteamos para no confrontarnos con la hinchada y yo quiero que se den cuenta que Medellín no es un equipo para seguir ese juego. Vea a Didier Moreno, nos dijo ‘quiero esta plata’. Le dijimos ‘hermano, no podemos’. Y la hinchada no lo va a entender, va a decir que somos lo peor. Pero algún día comprenderá que lo hacemos por ellos, que las decisiones impopulares son para preservar el club que aman”.
El camino que queda, entonces, apunta a las fuerzas básicas...
“Y con toda la convicción. Yo voy a muerte con la formación del futbolista, pero no por desvare, sino porque creo que el potencial es enorme, pero tenemos que cambiar el chip y el paradigma del fútbol. El jugador tiene el mejor oficio del mundo, pero no estudia, y eso, por más que nos cueste, es lo que tenemos que hacer. Yo estoy gestionando convenio con ocho universidades de Estados Unidos, pues necesito que los futbolistas del club hablen inglés. Sobre esto le cuento una historia: una vez llevé un jugador del Valle del Cauca a un proceso en Alemania. Era la sensación: alto, zurdo, talentoso. Allá solo basta con que muestres deseos de aprender el idioma y estudiar para que te faciliten los papeles. A él lo llevaron a estudiar y ¿sabe qué hacía?... se iba para la última silla del salón, abría los libros y ponía el celular en la mitad para hablar con la novia. Un día me llamaron y me dijeron ‘Cunda, recoja a ese muchacho en Bogotá’. Era un talentoso, pero definitivamente necesitamos cambiar la estructura mental de nuestros jugadores”.
Y también el paradigma que tiene el hincha...
“Sí. Mire, los hinchas nos dicen, ‘vean, nosotros ponemos plata pero traigan a una figura, un Carlos Tévez, no sé. Yo les digo que no nos enloquezcamos, que de invertir en un jugador que solo va a acallar el populismo y posiblemente se vaya sin dejarle nada al club, yo prefiero invertir en las casa hogares de los jóvenes, en su alimentación, en su estudio. Prefiero invertir en formar hombres profesionales. Ese es el verdadero beneficio para todos” n