Deportes

Juanjo, un crack del deporte y la vida

Sin sus extremidades inferiores, Juan José, admirador de Cristiano Ronaldo, es protagonista en las Justas del Inder.

Periodista del área de Deportes

12 de diciembre de 2021

Juan José Escobar juega fútbol y convierte goles, más allá de no tener pies.

Con sus manos, protegidas con guantes de motociclista, y los muñones de sus extremidades inferiores, se impulsa para desplazarse a gran velocidad por la cancha y dominar el balón. Exhibe una técnica sorprendente ante el asombro de los niños con los que compite y personas que se reúnen a apreciar sus alcances.

Apretón de manos, abrazos y palabras de admiración y aliento es lo que recibe cada vez que termina un encuentro, pese a que en la tribuna su madre, Estefanía Marzán, se mantenga al borde del infarto y con las uñas comidas ante los nervios que la invaden cuando el menor se bate en el campo.

Tiene 13 años de edad, juega con el dorsal número 12 en su espalda y sus brazos lucen musculosos por la fuerza que debe ejercer para desplazarse. En el izquierdo, como sinónimo de su liderazgo, porta la cintilla de capitán de su equipo Prado Fútbol Club, del corregimiento de San Antonio de Prado, con el cual disputará la final de las Justas Deportivas de Presupuesto Participativo del Inder Medellín.

Ejemplo de tesón

Juanjo, como lo llaman, nació sin tibia y rótula, por lo que al año le amputaron sus dos piernas.

Su mamá, quien trabaja como asistente administrativa de una empresa de la ciudad, lo ha matriculado en clases de natación, guitarra y piano, pero jamás se imaginó que su hijo se inclinaría por el fútbol.

“Es lo que más le da alegría, se desvive por ese deporte”, relata Estefanía, que en la unidad residencial en la que habita, en Prado, y ante la imposibilidad de acompañar durante la semana al menor a las clases de fútbol, encontró manos amigas para que Juan José pueda asistir a los entrenamientos.

“Desde que él nació el proceso fue complicado, pero gracias a Dios hemos salido adelante. Siempre ha sido un niño feliz, activo, su limitación no es impedimento. De hecho, me da fortaleza debido a tantas habilidades que tiene, por eso mi vida gira en torno a él y lo respaldo en lo que se traza”, dice Estefanía, quien no oculta que sintió preocupación cuando Juanjo se empezó a interesar por el balompié.

Temor y orgullo

Y rememora la vez que lo llevó a un partido y al notar que al niño le rodaba sangre por el rostro tras recibir una patada de un rival, ella estalló en llanto y pensó que lo mejor era retirarlo de este deporte.

“Me dio susto, temor, es que es una disciplina complicada. Hay patadas, puños, caídas, o simplemente saber que otro niño puede ser despectivo con el hijo de uno es duro. Pero él lo ha afrontado con madurez y sabe que todos los partidos no son iguales, es demasiado ágil, estratega para moverse en la cancha. Es satisfactorio ver que acepta los cambios que se le presentan debido a su condición”, añade Estefanía, quien hace once años debió enfrentar el fallecimiento de Víctor, el papá de Juan José.

La mujer muestra gratitud con las personas que hicieron posible la inclusión del niño en el torneo de fútbol, sobre todo a las directivas del Inder al permitirle competir ante otros infantes que no sufren discapacidades físicas.

El muchacho, aparte de su tenacidad y superación, también genera respeto y cariño. Como dice su mamá, con personalidad se hace querer más, siempre sonríe y está alegre. “Es un ejemplo para todos aquellos que tienen todas sus partes y que se deprimen o quejan por todo. Él no parece con discapacidad física, a todos nos ha enseñado que hay que disfrutar la vida con lo que tenemos y buscar las diferentes maneras de salir adelante”.

Cristiano, su ídolo

Juan José confiesa que son las personas que llegan a su vida las que lo motivan a perseguir sus metas. Que todo el mundo lo anima, acompaña e integra. “En cuanto al fútbol, me dicen goleador, capitán, me apoyan mucho. Pienso que las discapacidades están en la mente”, dice este admirador de Cristiano Ronaldo.

Del astro portugués, lo describe como un luchador: “Es como yo, nunca falta a un entrenamiento, es un ganador, personas como él me llenan de confianza”, admite el pequeño futbolista que ya se siente un ganador al poder participar, por primera vez, de un evento competitivo.

Juanjo reitera que los demás niños lo ven como una persona normal, que lo tratan de igual a igual, algo que para él “es bonito, así como cuando metí de cabeza mi primer gol, lo que no podía creer”.

Consciente de que cuando sea mayor no podrá jugar fútbol competitivo debido a su condición física, aprovecha esta oportunidad que le da la vida para aportar actitud y liderazgo. Eso sí, mantiene firme su meta de “ser un gran médico”, sin dejar de lado el deporte, ese que hoy le da la posibilidad de festejar y sonreír