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El enduro: más que destreza, cabeza fría

Agua, lodo y adrenalina se unieron en inicio del Nacional. Presencia de 110 pilotos en la pista de El Carmen de Viboral.

Comunicador social periodista UPB. Cubro deportes a motor

05 de marzo de 2018

La lluvia y el fango convirtieron el terreno en una pista intransitable, por donde los pilotos difícilmente podían hacer el recorrido manteniendo el control de los aparatos. El mal tiempo en El Carmen de Viboral, Oriente antioqueño, sede de las dos primeras válidas del Nacional de enduro, obligó a los protagonistas a tener precaución y nervios de acero, conducir con cabeza fría y no sentir miedo.

“El factor sicológico es uno de los elementos más importantes en el enduro, tanto como lo físico y lo técnico”, dice Santiago Isaza, piloto quindiano ganador de las dos primeras pruebas del calendario nacional en Antioquia.

“No solo se debe tener conocimiento de la técnica del pilotaje, sino también la confianza y la seguridad para saber aplicarlas en cada situación, manteniendo siempre el control mental, especialmente en condiciones como las vividas en estas dos válidas”.

Isaza, quien viene de ser campeón del Latinoamericano cumplido en Ibarra (Ecuador), el año pasado, demostró una gran experiencia para transitar por caminos difíciles.

“Generalmente los recorridos no son fáciles, porque siempre se encuentran situaciones complicadas, bien sea en montaña o en el terreno plano, pero se hacen mucho más dramáticas, casi imposibles, cuando se deben soportar aguaceros como los de estos dos días”, agrega.

“Las motos se entierran y cuesta sacarlas del barro mojado. Hay que tener mucha serenidad para que no lo coja a uno el desespero”.

“Sabemos que el enduro no es nada fácil, pero lo más importante es la amplia participación de pilotos de todo el país. Es muy satisfactorio ver más de 100 participantes en una válida y en el caso de mi categoría (pro), rivales como Juan Esteban Reyes, Mateo Jaramillo y César Correa”.

Muchas fueron las caídas, varios los retiros, pero más los que terminaron, en medio de un clima inclemente por el agua y una pista en malas condiciones.