La arquería hizo que Germán se levantara de la cama
El antioqueño en silla de ruedas compite en el Nacional de arco ante deportistas convencionales. Apunta a Río.
Comunicador Social-Periodista, apasionado de las historias, amante de los deportes. Trabajé en el periódico El Mundo y actualmente hago parte de EL COLOMBIANO.
No quedando contentos con quitarle su motocicleta, los asaltantes halaron del gatillo y el proyectil terminó en la espalda de Germán Gómez Perdomo.
En una camilla, y tras enterarse de que sus músculos, de la cintura hacia abajo, estarían dormidos por el resto de sus días, reconoce que la amargura, dolor e impotencia fueron tan fuertes que ya no le encontraba sentido a su vida.
“Como uno queda extendido en una cama, sin poder moverse y esperando a que todo se lo hagan, me afligí demasiado”.
Germán recuerda que antes de salir del hospital, un ángel, como recuerda a Natalia Arboleda, exdirectora de la Fundación ADA (Apoyo al Deportista Antioqueño), se le acercó y le dijo que cuando quisiera y pudiera, sacara el tiempo para acercarme a esa institución, pues allí le podían ayudar.
Con el paso de los días, y solo al ver el esmero, preocupación y sacrificio de su madre Alicia, quien lo atendía y aconsejaba, aceptó que volver a caminar sería un imposible, pero levantar el ánimo y retomar la confianza para salir de la oscuridad en la que decía se encontraba, no era tan complejo.
“Echarse a la pena no era el camino”, dice Germán, que se acordó de la propuesta del “ángel” que se le acercó en esos momentos difíciles, por lo que tomó la decisión de buscarlo. “En esa Fundación aprendí a valorar todo lo que me rodeaba. Estuve dos años en rehabilitación. Bregando a acomodarme a una silla de ruedas, mejorando los movimientos y tratando de llevar una vida normal”.
Dice que allí le dijeron que escogiera un deporte para continuar con su proceso de terapia y recuperación, aunque el que eligió lo hizo pasar otro buen susto.
“Me incliné por la natación y me estaba yendo bien. Pero un día me dio un calambre en un brazo y me estaba ahogando (risas). Desde ahí le cogí pánico al agua y no volví”.
Sin embargo no se dejó caer. “En mi juventud presté servicio militar, en el que estuve en el equipo de tiro deportivo. Entonces quise ensayar con un disciplina parecida y me metí a tiro con arco con otros seis compañeros, pero fue el que me gustó más, a tal punto que soy el único que sigo firme en este deporte”.
Y esa firmeza que demuestra con el arco y las flechas se ha visto recompensado con sorprendentes resultados.
El año pasado, con solo seis meses de estar practicándolo, logró los puntos obligatorios para representar a Colombia en los Juegos Parapanamericanos de Toronto.
“Era mi primera salida internacional me sentía muy nervioso”, aunque sus nervios parecían de acero, ya que al final terminó en cuarto puesto.
“Lo que hizo en Canadá fue una proeza, gracias a la arquería descubrió su talento”, elogia las virtudes de Germán, el entrenador de la Selección Antioquia, Antonio Millán.
Ahora Gómez sorprende más al ser el único arquero con discapacidad compitiendo contra los convencionales en el Nacional Interclubes de arco en Medellín este fin de semana.
“Ganarle a estos muchachos es muy duro, pero lo importante es adquirir experiencia y mejorar mis marcas, porque mi objetivo es lograr la clasificación a los Juegos Paralímpicos de Río”.
Y lo hace lleno de optimismo, pues no dispara ya con arco prestado sino con uno propio que le regaló la Liga.
“Nunca imaginé que saldría adelante con el deporte, y que iba a encontrar seres que me apoyaran de esta manera. Aunque no camino, con mi silla de ruedas voy para adelante con la ayuda del Señor”, dice Germán, que seguirá entrenando fuerte, ya que del 23 al 28 de mayo, en el Panamericano en Costa Rica, buscará su sueño paralímpico.