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La pasión por el tenis alimenta al sorprendente Daniel Galán

Tras graduarse en Copa Davis, este joven (21 años)

se ratificó como presente del país.

Soy periodista porque es la forma que encontré para enseñarle a mi hija que todos los días hay historias que valen la pena escuchar y contar.

09 de abril de 2018

En septiembre pasado, cuando Colombia disputó el ascenso al Grupo Mundial ante Croacia en la Plaza de Toros la Santamaría (Bogotá), Daniel Galán presenció la derrota como invitado del equipo nacional a Copa Davis.

Casi siete meses después el bumangués de 21 años se echó el equipo al hombro como si fuera un veterano en las lides de este torneo y con dos puntos suyos, más uno del paisa Alejandro González, Colombia derrotó a Brasil por primera vez y ahora tendrá una nueva oportunidad de llegar al Grupo Mundial.

“Fue un momento inolvidable. Desde que estoy en el tenis siempre he tratado de mantener los pies en la tierra y soñar con las cosas cuando, por mi trabajo, estoy cerca de lograr. Aunque me preparé muy bien para este reto de la Davis, la realidad que viví el fin de semana supera todo”, confiesa Daniel en diálogo con EL COLOMBIANO.

El tenista recuerda nítidamente cuando comenzó a empuñar la raqueta con aspiraciones serias y fue consciente desde entonces que no tendría un camino fácil, más allá de sus evidentes condiciones para el deporte. “Jamás he comido carne ni huevos. Soy vegetariano de nacimiento porque mis papás siguieron esta corriente por diversas razones de salud”, cuenta el bumangués.

Su condición le impuso un esfuerzo grande para encontrar la fuerza necesaria para poder competir en un deporte tan demandante físicamente.

“Los tenistas deben comer grandes cantidades de carne y proteína. Entonces siempre he tenido que ser muy juicioso para no ceder terreno en ese aspecto”, reconoce.

Carne de soya, aguacate, pasta, papas y yogur son los aliados de Daniel en los diferentes torneos que disputa.

Su proyección es una noticia grata para el tenis nacional y permite pensar que a mediano plazo el país podría tener nuevamente a un tenista dentro de los 100 mejores del mundo.

“Cuando lo conocí, lo primero que pensé era en todo el trabajo físico que ese muchacho delgado necesitaría para competir en un alto nivel -recuerda Felipe Berón, entrenador de Colsanitas-. Con una gran disciplina de su parte compensó sus falencias y hoy técnica y físicamente es un tenista de condiciones importantes”, complementa el hombre que dirigió a Santiago Giraldo en su mejor momento.

Galán es actualmente 257 en el ranquin ATP y, con los pies en la tierra, como el mismo enfatiza, podría acercarse este año al top-100.

“El recuerdo de la época en que acompañaba a mis hermanos (Sat, Rocío y Sandro) a los diferentes torneos de tenis y yo jugaba golpeando con la raqueta una pelota contra la pared, es algo que me reconforta cuando gano y cuando pierdo”, admite.

Por eso no es extraño que siempre la primera mención cada vez que tiene un micrófono por delante es la gratitud hacia sus padres y sus tres hermanos mayores.

El espigado muchacho de 1,91 m se graduó en Copa Davis con tan solo tres partidos disputados.

Ahora, como ha sido costumbre desde que decidió convertir el tenis en su proyecto de vida, seguirá trabajando duro y sin aspavientos durante estos meses.

Quiere llegar fortalecido en septiembre por el peso de la competencia y la experiencia ganada para ser fundamental en el sueño postergado de Colombia de alcanzar, finalmente, el Grupo Mundial.