Rubén Galindo, la cuota antioqueña en Mundial de béisbol
Rubén Galindo integra el equipo que lucha por presea en México. Hace carrera para llegar a Grandes Ligas.
Periodista del área de Deportes
Un antioqueño está brillando en el Campeonato Mundial sub-23 de béisbol que se celebra en Hermosillo, capital del estado de Sonora, en México.
Se trata de Rubén Galindo Naar, otro joven prospecto del país que hace carrera para consolidarse en las Grandes Ligas de los Estados Unidos.
Inspirado por el talento que desbordaba su padre en el béisbol, y al ver la necesidad de tener una formación integra como deportista, Rubén dejó su natal San Pedro de Urabá a los 13 años de edad y se radicó en Medellín.
En el club Tigres del Diamante, de las Escuelas Populares del Inder, comenzó a perfeccionar su técnica y luego, en los diferentes eventos que se vienen realizando en la capital paisa y en los que acuden cazatalentos de organizaciones norteamericanas de béisbol, el hijo de Freddy Galindo empezó a impresionar con sus condiciones, sobre todo por su velocidad y mecánica coordinativa.
El pitcher (lanzador) representó a Colombia en el Mundial juvenil en Japón en 2016, y en 2019, luego del seguimiento que le venían haciendo, firmó con los Padres de San Diego, equipo de California que hace parte de las Grandes Ligas.
Tras ese paso, el antioqueño se asentó primero en República Dominicana, donde Los Padres tienen su campamento de fuerzas básicas. Luego, al jugar la Liga de aquel país y pasar ese filtro, viajó en marzo a Arizona, donde hace esfuerzos para dar el salto al profesionalismo.
“Estoy muy contento con mi proceso, le agradezco al Inder Medellín por el apoyo que me brindó desde las categorías inferiores”, comentó Rubén, campeón de los Juegos Nacionales Intercolegiados Supérate en 2017.
“Me inicié en este deporte con un propósito, ser grandes ligas, y voy a luchar hasta que Dios me lo permita”, agregó el antioqueño, quien está en la especialidad desde que tenía 5 años de edad.
Su papá, Freddy Galindo, no olvida que llegó a Medellín después de quedarse sin empleo en San Juan de Urabá y al aprovechar la oportunidad laboral que le brindaron de ser técnico del club Tigres del Diamante.
“En San Juan se entrenaba prácticamente en potreros, mientras que en Medellín, por la topografía del terreno e infraestructura del campo, hay mejores condiciones. A la vez, para nadie es un secreto que los veedores extranjeros, por el concepto que tienen de la violencia en Urabá, les da fobia ir a la región a observar jugadores. Por tal motivo traje a Rubén a Medellín, ahora es motivo de felicidad darse cuenta de sus progresos, la honra y la gloria sea para Dios”, indicó Freddy.
Agrega que, por más difícil que parezca, las metas sí se pueden cumplir: “Que Rubén esté en el Mundial y en carrera para ser Grandes Ligas es un premio a la constancia. No es difícil para nadie, todo el que persevera alcanza”.
En el Mundial de México, en compañía de un grupo de talentosos, Rubén se esfuerza para entregarle una alegría a su familia y al país.