Ramón Zambrano, maestro venezolano con 60 años dedicados al karate, lloró tras premio de María Corina Machado
En Medellín estuvo dictando un seminario el fin de semana con la participación de 60 deportistas de Colombia.
Periodista de la Universidad del Quindío. Cuyabra hasta los huesos y mamá de un milagro llamado Mariana, amante de la salsa y apasionada por el deporte.
El maestro venezolano Ramón Zambrano es recio, disciplinado e implacable cuando da las instrucciones a los amantes del karate que lo ven como un gran referente.
A sus 68 años tiene una elasticidad y una vitalidad envidiables. En su visita a Medellín no solo dejó grandes enseñanzas para los practicantes de este arte marcial, sino que tocó su corazón. Sus ojos se volvieron dos cristales al hablar de María Corina Machado, su coterránea, ganadora del Premio Nobel de la Paz.
Zambrano, quien inspira respeto y admiración, dejó por un momento el karate para permitirse aflorar el sentimiento que le genera lo logrado por Machado. “Es una valiente, ella personifica al buen venezolano, al que es valiente, honesto, trabajador. Su premio es más que merecido, me tocas el alma, porque es una mujer que ha dejado a su familia por luchar por mi pueblo, por ese que merece la libertad”, comentó mientras hacía un gran esfuerzo para contener las lágrimas.
Y es que el maestro Ramón es uno de los millones de venezolanos que tuvo que salir de su país por la crisis política y económica, y radicarse en Estados Unidos para poder seguir con su pasión por el karate, disciplina a la que llegó siendo un niño.
¿Y cómo llegó al karate? Sencillo, porque siendo un niño, como dicen en el barrio, compraba peleas con todos y por todo. Así, un día alguien le dijo que debía canalizar esa fuerza, esa ira y convertirla en algo bueno para que pudiera salir adelante. Desde entonces, ya son 60 años dedicado al karate, tiempo en el que se ha convertido en una autoridad a nivel latinoamericano.
De ahí que pase sus días yendo de país en país, formando a las nuevas generaciones y compartiendo con los más experimentados todo lo que ha aprendido con el deporte.
Con orgullo dice que está vital, que tiene la elasticidad de un joven y las ganas de seguir visitando países para aumentar la práctica del karate.
A Medellín hacía 12 años que no venía, y su regreso le alegró el corazón porque pudo compartir con 60 amantes del karate que llegaron desde Cali, Bogotá, Pereira, Manizales, Armenia, Puerto Nare, Aguadas y Medellín a recibir sus enseñanzas en el seminario que se realizó durante el puente festivo en la capital paisa.
“Veo que el karate en Colombia va muy bien encaminado, la gente en Medellín tiene el honor de contar con el maestro Barlaam Pizarro que está preocupado porque el karate tradicional se mantenga en el país y eso es muy bueno”.
Zambrano, quien tiene noveno Dan otorgado por la International Sport Karate Association (ISKA, en su sigla en inglés), sostiene que quienes practican esta disciplina están llamados a ser personas de paz, que construyen sociedades con valores y ayudan a las ciudades y países a fomentar la buena convivencia.
Sus hijos Raymon y Cristian han seguido sus pasos; el primero en cuarto Dan y el otro recibirá esta semana su primer Dan, algo que lo llena de orgullo.
Lastimosamente, en su Venezuela del alma, los problemas políticos y económicos han llevado a que el karate y muchos otros deportes no se puedan practicar masivamente porque la gente no tiene los recursos, pero confía en que pronto cese la oscuridad y sus paisanos puedan volver a renacer, ser libres y prósperos.