El asombro del Caminante
Este artículo se publicó en el aniversario 105 de EL COLOMBIANO, con Catalina Mesa como directora invitada.
Aquí va Andrés Plazas, de 56 años, un día ingeniero, hoy caminante que intenta cada día hacer el camino al andar ¿Por qué empecé a caminar? Tal vez por el bienestar del ejercicio físico en medio de la naturaleza, y por la felicidad del cálido afecto de indígenas y campesinos. Indio, blanco, negro, mestizo. Han sido 25 años recorriendo caminos de Colombia y España en busca de los ingredientes de ese delicioso sancocho que constituye mi identidad.
-Como en la vida, un morral muy liviano y caminar respetando el ritmo de mis pasos. Es lo que aprendí para un caminar feliz...
-Al recorrer los 900 kilómetros del camino de Santiago, mi gran reto fue superar los miedos previos al primer paso: La soledad, La enfermedad, la distancia a recorrer. Hay que atreverse al primer paso...
-La conciencia de la posibilidad de que me puedo morir mañana, me ayuda a gozar intensamente del camino hoy, donde me encuentre.
-Si viajas en autobús verás el paisaje y las personas pasar rápidamente por la ventanilla. Si caminas no tendrás más alternativa que entregarte y hacer amigos. Disfruta los encuentros.
-No hay pretextos para temer. Caminemos tranquilos en el placer del encuentro con nosotros mismos y con los otros.