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¿Quién es Harnaaz Sandhu, la nueva Miss Universo?

13 de diciembre de 2021

Harnaaz Sandhu, de 21 años de edad, 1.76 metros de altura, actriz y con un inglés pulido, se convirtió este domingo en la nueva Miss Universo.

Con un mensaje inspirador para las jóvenes del mundo, la representante de India logró el tercer título de Miss Universo para su país, luego de ser una de las favoritas en el certamen que se llevó a cabo en la ciudad de Eilat, en Israel.

Sandhu estuvo a la altura de las expectativas imponiéndose sobre la paraguaya Nadia Ferreira, que terminó segunda, y la sudafricana Lalela Mswane, que se ubicó tercera en la edición 70 del reinado.

De profesión actriz, oriunda de la ciudad de Chandigarh y con su madre ginecóloga como modelo a seguir, la joven remarcó en múltiples ocasiones que si ella llegó a convertirse en Miss Universo, las mujeres del mundo no deben dudar en perseguir sus sueños.

"Como certamen de belleza queremos alcanzar a todas y cada una de las mujeres que están mirándonos y que esperan poder ser las líderes de sus propias vidas", señaló la ganadora durante una conferencia de prensa posterior a la gala, en la que insistió: "Si nosotras podemos, ellas también pueden".

La nueva Miss Universo también defendió las restricciones que rigen en distintas partes del mundo para detener el avance de la pandemia, la obligatoriedad de la vacunación y apuntó que "la salud debe ser la prioridad, dado que al fin y al cabo es todo lo que tenemos".

En una competencia muy reñida, en la que sorprendió la presencia de la participante sudafricana entre las finalistas, la india deslumbró a los jueces tanto con sus desfiles por la pasarela (incluyendo en traje de baño y vestido de gala) como con la seguridad con que respondió a las preguntas que se le realizaron.

Una de las particularidades de su actuación fue el momento en el que el presentador, Steve Harvey, le pidió que demostrara su talento imitando sonidos de animales, ante lo que respondió maullando como un gato. Consultada al respecto, Sandhu mencionó que "uno de los estereotipos que la gente tiene de los certámenes de belleza es que solo se trata de lucir bonitas, y no es así, se trata de ser tu misma en el escenario".

Además de a las otras dos finalistas, la ganadora dejó en el camino a las representantes de Colombia, Valeria Ayos, y Filipinas Beatrice Luigi Gallarde, que integraron el grupo de cinco finalistas que alcanzó el último corte, y a las otras 75 concursantes que se hicieron presentes en Eilat.

El triunfo de la representante de India marca el final del reinado más corto de la historia de Miss Universo, tras la coronación de la mexicana Andrea Meza en marzo de este año.

Un certamen politizado

Como suele suceder con los eventos de esta magnitud que tienen lugar en Israel, la competencia fue precedida por una serie de controversias de tinte político.

Una de ellas fue la decisión de la participante sudafricana –que terminó tercera– de presentarse al certamen e ignorar el llamado del Gobierno de su país para que se retirase y no se asociara a su país con Israel "por las atrocidades cometidas contra los palestinos".

Muchos críticos de la política israelí respecto a los palestinos pusieron también el grito en el cielo al considerar que albergar este certamen es una forma de Israel de correr la mirada del conflicto.

Por otra parte, la presencia de las representantes de Baréin y de Marruecos fue celebrada por los medios y políticos israelíes, que vieron en ella una señal del creciente vínculo entre estos países e Israel, tras la normalización de relaciones diplomáticas el año pasado.

Según cifras del Ministerio de Turismo, el Gobierno israelí realizó una contribución de 6.5 millones de shéqueles (poco más de dos millones de dólares) a la organización del evento, que las autoridades confían contribuya a aumentar el turismo una vez que las fronteras vuelvan a abrirse a los extranjeros y a mejorar la imagen del país a nivel internacional.

La pandemia, una vez más protagonista

La decisión del gobierno israelí de vetar desde hace dos semanas el ingreso de turistas para evitar la propagación de la variante ómicron del coronavirus generó inicialmente temores de que la competición se cancelara y molestia entre algunos por las excepciones otorgadas a las concursantes y a fanáticos.

La principal huella de la pandemia, sin embargo, se percibió en las gradas, varias de ellas vacías frente a la ausencia de extranjeros y el aparente desinterés del público local.