Don Armando ahora es profe en la nocturna
Jorge Enrique Abello retornó como protagonista de la serie que esta semana se estrenó en las noches.
Periodista, apasionado por el cine, la televisión y el fútbol. Egresado de la U. de A, y envigadeño de nacimiento y residencia.
Ya han pasado 20 años desde que Jorge Enrique Abello se volvió una estrella de la televisión, gracias a su rol de don Armando en el popular dramatizado Yo Soy Betty, la fea.
Hoy, a sus 51 años, su cabello está blanco, pero su tono de voz se mantiene enérgico y sus más de 1.80 metros de estatura lo hacen ver igual de imponente como hace dos décadas.
Esta semana volvió a reaparecer en la pantalla chica, tras dos años de ausencia. Es el protagonista de la segunda temporada de La Nocturna, la serie de Caracol en la que comparte el rol principal con Marcela Carvajal. Precisamente su más reciente aparición había sido con este mismo proyecto, en 2017.
“2019 fue un año mucho mejor que 2018, cuando hubo Mundial de Fútbol, elecciones, festival de teatro y Estéreo Picnic al mismo tiempo, cuando eso sucede las cosas se ponen complicadas para nuestro medio. El año pasado fue de excelentes oportunidades, de volver a empezar, que es algo muy bonito”, comenta el artista bogotano que debutó en televisión en 1995, en Las Ejecutivas.
Sobre el reto de retomar su rol del profesor Mario, en La Nocturna, después de dos años, anota que fue “cero difícil”, casi como montar en bicicleta.
Las historias
A la hora de aceptar un personaje en un dramatizado dice que influye mucho el nombre del director, del que anota es el ADN del producto. “Soy un admirador muy profundo de los buenos escritores, siempre he tenido la fortuna, a través de mi carrera, de trabajar con grandes libretistas”, relata Abello, que combina su labor al frente de cámaras con la dirección de su productora de contenidos audiovisuales El ojo en la pared. Hasta hace dos años estuvo al frente de la librería La madriguera del conejo, que cerró sus puertas por temas económicos.
De su personaje en La Nocturna destaca que “es un tipo de muy buen corazón, dulce, capaz, que sin levantar la voz, sin forzar la vida, se impone, que dice la verdad y es consecuente con lo que piensa y hace. Me gustaría ser como él”.
Resalta la necesidad de que en las producciones nacionales aparezcan más roles de estas características, porque por lo general “nos hemos dedicado a personajes que van al extremo de la realidad, marginales, que van en contra del mundo”.
Señala que la televisión necesita una identificación mucho más cercana “con personajes de verdad”.
Por muchos roles que interprete y giros que logre darle a su carrera, el público siempre lo seguirá reconociendo como don Armando, el de Betty, la fea.