La historia de amor de Adriana y Róbinson
Mañana jueves se estrena en Medellín la obra teatral Wenses y Lala. Estará dos semanas en cartelera.
Periodista, apasionado por el cine, la televisión y el fútbol. Egresado de la U. de A, y envigadeño de nacimiento y residencia.
En Medellín, ante la gente de la ciudad que los vio crecer, Adriana Arango y Róbinson Díaz cierran la temporada de teatro con Wenses y Lala.
Este proyecto, una historia mexicana que adaptaron al medio colombiano, tiene un gran significado para ellos, porque no solo les permitió trabajar en pareja, sino compartir créditos con su hijo, que hace las veces de asistente de dirección.
“Hacemos obras que nos gustan mucho, que consideramos que son buenas, que es delicioso verlas y queremos compartirlas con la gente”, afirma Adriana Arango sobre este proyecto.
Estarán dos semanas, con funciones de jueves a sábado, en el Teatro Laureles, después de haber estrenado la obra en enero en Bogotá. Con Adriana hablamos, no solo sobre Wenses y Lala, sino sobre otros planes cercanos.
¿Cómo fue la adaptación de esta historia tan mexicana?
“Tuvimos que colombianizar el lenguaje y ciertos detalles históricos, la adaptamos, eso fue lo que hicimos, pero la historia es la misma, es la misma fábula, narración, puesta en escena y mismo director”.
¿También se acomodaron a la escenografía?
“Es una obra sencilla, solo hay una banca y dos actores, toda la carga está en los personajes que llevan al público a explorar sus recuerdos a partir de la narración, cuando no se tienen grandes escenarios el recurso más grande está en la imaginación del espectador, me he dado cuenta de que es una de las virtudes de esta obra, porque no les estamos mostrando nada, la gente trae sus imágenes, vuelve propia la historia”.
¿Qué tal la experiencia de trabajar en pareja?
“Es como todo el mundo se lo puede imaginar, difícil, porque no solo fue un trabajo en pareja, sino en familia, nuestro hijo es el asistente de dirección. Tuvimos momentos con diferencias grandes, pero vivir este proceso creativo en familia es maravilloso porque salen a relucir los valores de cada uno, aprendimos a construir juntos y creo que no hay nada más hermoso que eso. Además, para nosotros es una gran alegría saber que nuestro hijo finalmente decidió recorrer el camino del teatro, de contar historias, que es lo que hacemos nosotros, así que estamos muy emocionados”.
¿Está comprometida con otros proyectos?
“En este momento estoy con la temporada de teatro que finalizamos en Medellín y al mismo tiempo tengo que terminar mi trabajo de grado en la U. de A., porque la idea es graduarme a mitad de año en un programa de profesionalización que tomamos varios actores que pudimos demostrar 20 años de experiencia. Tomamos tres semestres de clases con profesores en Medellín, para recibir el título de maestros en arte dramático”.