Iván Drago detonó la fórmula del éxito de Dolph Lundgren
El actor que encarnó a Iván Drago, He-Man o The Punisher, habló de sus 30 años de carrera en Hollywood.
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Ladies and gentlemans, en una esquina está el sueco Dolph Lundgren: ingeniero químico de profesión, 160 de coeficiente intelectual, experto en karate, anfitrión de conversaciones amenas y actor de películas de acción por un golpe del destino; en la otra sus personajes, en su mayoría tipos toscos, primitivos si se quiere, liderados por Andrew Scott de Soldado Universal y por el legendario boxeador soviético Iván Drago, verdugo de Apollo Creed en Rocky IV.
Es una batalla amistosa, no como las que protagonizó el Toro Siberiano con Apollo y con Rocky en la mítica saga de boxeo de los 80. Bueno, la verdad es que Lundgren, 1.96 metros de estatura, carga orgulloso con más de 60 películas a cuestas y continúa vigente con poco más de tres décadas de carrera.
Lundgren, nacido en la tierra del laureado director Ingmar Bergman, rozó el estrellato en menos de año y medio, tiempo en el que cambió el laboratorio, el delantal y los reactivos químicos por compartir ring con Stallone. Poco le importó la crítica que recibió en sus comienzos en su país natal y dice entre risas que se debe a sus seguidores que son gente del común a los que les valora su lealtad y al abogado que le maneja el divorcio y que lo anima a seguir facturando.
En diálogo con EL COLOMBIANO, Dolph hizo un repaso de su vertiginoso andar en el séptimo arte, contó sus nuevos proyectos al lado de hitos del género y criticó la poca formación de las nuevas estrellas del cine de acción que ahora arrasan con la taquilla en todo el planeta:
Hace 30 años empezaste tu carrera como actor. ¿Piensas que el público tiene en mente esos personajes clásicos cuando ve tus nuevas producciones?
“Para bien o para mal uno carga consigo todos esos personajes cada vez que aparece en la pantalla. Uno puede sacarle ventaja a ese aspecto aunque si trata de hacer algo diferente (salirse del género de acción) puede ser perjudicial. Soy un afortunado, sigo en el negocio y puedo actuar y dirigir. He hecho películas grandes, pequeñas, medianas, películas buenas, malas, películas que nadie va a ver. He hecho películas que yo no quiero ver, producciones grandiosas, películas que las personas recuerdan para siempre”.
Con el éxito de Creed (Spin off de Rocky que se estrenó en 2015) y el personaje interpretado por Stallone otra vez en boca de todos, ¿hubo diálogos sobre el retorno de Iván Drago?
“Espero que no, creo que debe descansar en paz (risas)”.
¿Fue difícil deshacerse de Drago? Porque es realmente un ícono...
“Realmente no fue difícil desprenderme. Es un ícono porque para verlo tienes que repetirte Rocky IV. Volverlo a mostrar es destruir la magia y es hacerlo solo para ganar dólares. No lo volvería a hacer. Es como lo que sucede con Scarlett O’Hara en Lo que el viento se llevó (1939). Esa es la magia del cine, pienso que no se puede acabar con un personaje poniéndolo a actuar en varias secuelas. Lo que sucede ahora con películas como Star Wars es más un tema de marketing”.
¿Le gusta la idea de que ahora Rocky sea entrenador?
“Sí es bueno, es parte del juego. Él (Sylvester Stallone) lo creó y ha usado el personaje como un espejo de su vida: cuando estaba en problemas Rocky también, cuando se hizo rico y tuvo su primera mansión el personaje también...”.
¿Qué opinión le merecen los nuevos actores de cine de acción y los que interpretan superhéroes?
“Hay algunos muy buenos. Jason Statham no es superhéroe y tiene características de la vieja escuela. Chris Hemsworth (Thor) también es muy bueno igual que Robert Downey Jr. Sin embargo creo que ahora no tienen el tiempo para desarrollar las habilidades y por eso es difícil que salga un nuevo Bruce Lee. Él tenía la habilidad como pasaba con otras estrellas como Jean Claude Van Damme o Chuck Norris. Esas aptitudes físicas toma tiempo desarrollarlas y es más difícil adquirirlas si te ponen siempre cinco dobles de riesgo”.
¿Cree que si hubiera tenido otro físico (mide 1,96 mts) habría tenido otra carrera en el cine y estaría interesado en otros géneros como el drama?
“Claro, me interesaron desde el comienzo, pero el cuerpo se atravesó en el camino (risas). En los últimos años salieron a flote otros aspectos de mi personalidad que estuvieron más bien ocultos, hubo interés en el hecho de que soy ingeniero químico e hice incluso algunos anuncios con Nat Geo. No me puedo quejar, disfruté bastante participar en películas de acción, viajar por el mundo, conocer chicas y hacer algo de dinero”
La ingeniería química no es tan divertida...
“No hay conejitas de Playboy en el MIT (risas)”.