¿Qué pasa con la tal Casa de las Flores?
Telenovela, comedia negra o parodia. No importa la etiqueta, es un éxito en Netflix.
Periodista. Estudiante de maestría en Estudios y Creación Audiovisual.
En medio de un culebrón de transexuales, drogas, racismo, chismes y giros dramáticos exagerados, muchos se han preguntado si esta serie es el futuro de la telenovela. Para bien o para mal, la audiencia latina tiene colado en su ADN el melodrama. Ahora la plataforma de streaming propone un híbrido con similitudes y diferencias del tradicional televisivo.
Los tabús y las apariencias son el centro de la serie, creada por Manolo Caro –33 años, creador de No sé si cortarme las venas o dejármelas largas (2013) o La vida inmoral de la pareja ideal (2016)–. En La casa de las flores se representa a una familia mexicana de clase alta dueña de una prestigiosa florería.
La primera temporada fue lanzada el 10 de agosto de 2018 con 13 episodios y ahora ya se pregunta el público cuándo saldrá una segunda entrega de la serie, telenovela, la comedia, o la llamada renovación de este género.
Neotelenovela
Para Verónica Heredia, Jefe del programa Comunicación y Lenguajes Audiovisuales de la Universidad de Medellín, este formato se viene trabajando en Estados Unidos bajo lo que se denomina un dramedy, una combinación entre drama y comedia en la que los elementos se derivan principalmente de la trama.
Sin embargo, la enmarca como una caricatura del prototipo de telenovela mexicana tradicional y melodramática. Para la experta, este era un género que se había quedado sin tocar los verdaderos temas para la sociedad. Con la propuesta de Netflix se logra un nuevo toque de comedia intencional (parodia) y hace parte del desarrollo del arco dramático. En tal sentido es una renovación.
“La telenovela sirve para generar reconocimiento y afinidad de clase social o identidad sexual (de ahí que se vean muchos matices de homosexualidad o transgénero) o de temas que hasta ahora la televisión tradicional no había hablado”, apunta.
Por otro lado, el crítico de televisión, Ómar Rincón, cree que no es justo relacionar estas producciones con la televisión clásica. Para él, el único aporte de Netflix con La casa de las flores es la estética kitsch popular latinoamericana.
“El formato y los temas desarrollados en la serie no corresponden a la lógica de la televisión tradicional por los temas y el tratamiento. La TV abierta tiene controles de contenido, sexo y violencia, y demás cosas. Obviamente, al estar en Netflix cada televidente es su propio censor”, explica.
Para el crítico, la televisión de plataforma (HBO, Netflix) sí tiene la posibilidad de tratar temas más atrevidos moralmente que la TV abierta.
Un juicio de valor sobre la serie debe ponderarse a su medida. Tradicionalmente las telenovelas mexicanas no enfrentan los prejuicios, pero esto no es necesariamente la regla para que haya una renovación .