Valparaíso de cultura, cerros y colores
Ciudad chilena que mantiene su arquitectura, acompañada del mar y una buena cocina.
1. Valparaíso tiene unos 42 cerros en que se encuentran ubicados la mayoría de barrios de la ciudad. La imagen fue tomada desde el Cerro Alegre, mirando al Cerro Concepción.
2. El ascensor Reina Victoria es uno de los más populares de Valparaíso.
FOTOS juan david umaña g.
Periodista de educación y fanático de los videojuegos, los cómics, el rock y el cine.
El poco tiempo que estuve en Valparaíso, Chile, fue suficiente para quedar con ganas de regresar.
En un viaje que realicé al Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, ciudad que colinda con Valparaíso, di un pequeño paseo por las calles empedradas de esta localidad en que los barrios son llamados cerros y varias de sus casas todavía conservan sus frentes de madera en colores vivos, rojo, amarillo, azul y naranja.
Con casi 300 mil habitantes, la capital de la provincia de Valparaíso y de la región homónima tiene mucho que contar a quienes la visitan por primera vez.
La casa de Neruda
Mi primera experiencia con la ciudad fue una visita a La Sebastiana, una de las casas del premio Nobel de literatura, Pablo Neruda, convertida en museo para turistas y locales.
Ubicada en el Cerro Florida, la casa de cinco pisos habla del amor del escritor por el océano, no solo por la buena vista y sus Versos del Capitán, sino por los objetos que dejó, que lo conectan con el mar.
La visita inicia en la parte baja de la vivienda donde se recibe un audioguía que cuenta paso por paso la historia de cada objeto de la casa y cómo los consiguió Neruda, además de las reuniones y personas ilustres que lo visitaron allí.
Entre los objetos se pueden observar un gran mapamundi francés que data de 1698 en su habitación, lo mismo que la primera máquina de escribir del poeta, una Royal Bar-Lock de color negro a la que la acompaña uno de los poemas que el escritor le escribió a su casa.
Y a pesar de no haber tenido la oportunidad de ver en persona al ilustre dueño de la casa, saldrá de allí conociéndolo un poco más.
Igualmente, recuerde, para evitar problemas con la seguridad del museo, no tome fotografías al interior, no es permitido.
Caminando sobre los cerros
El siguiente paso fue caminar los cerros de Valparaíso.
Aquella experiencia inició en un pequeño callejón de la Calle Esmeralda, centro de la ciudad, que da entrada al rústico ascensor de madera, construido en 1883, que da la bienvenida al Cerro Concepción.
Los funiculares, como también se le llama a este transporte, mantienen su diseño original de madera. Lo mismo que pasa con su manejo apoyado en poleas que se controlan desde la estación superior.
Subir por alguno de los siete ascensores que todavía funcionan es una experiencia que el visitante no puede dejar pasar, ya que su interior refleja esa ciudad patrimonial.
Además, desde allí se puede obtener una bella vista de la ciudad, de los cerros que la componen, del Plan (centro de Valparaíso) y del puerto al que llegan grandes cruceros.
Ya en el Cerro Concepción lo primero a destacar es la vista que hay de la ciudad, sobretodo de su puerto y su centro, únicas zonas planas y donde se encuentra el comercio, y otros espacios turísticos como el barrio Puerto, el más antiguo de Valparaíso.
Las calles de los cerros son empedradas y estrechas en su mayoría, perfectas como miradores. Igualmente, cada pared entre el Cerro Concepción y el Cerro Alegre son un lienzo que va desde el mural de El Principito del Café con Cuento hasta las escaleras de piano y los grafitis de artistas callejeros que le dan un toque bohemio a los bares, hostales y tiendas que se ubican allí.
Recomendación: llevar sombrero o gorra para protegerse del sol y aplicarse un buen bloqueador solar. A pesar de que el clima promedio es de 15 grados centígrados, en las mañanas y al medio día el sol golpea con fuerza.
Y la comida...
¿Y qué hay para almorzar? En Cerro Alegre, espacio escogido para conocer la comida chilena y que queda cerca del ascensor Reina Victoria, por el que descendí más tarde, se encuentran varios restaurantes.
La elección fue Fauna, restaurante y hotel con vista a los cerros Concepción y Panteón, y a la bahía de Valparaíso.
Allí mi pedido fue la Palometa (pescado de la región) con arroz risotto, aunque también se sirven platos con carnes rojas y vegetarianos con Quinua, semilla que se cultiva en zonas de Perú, Argentina, Bolivia y Chile.
La música en vivo del Trío Valparaíso acompañó el almuerzo, un grupo que va de restaurante en restaurante tocando canciones chilenas o latinoamericanas. Si tiene la oportunidad de encontrárselos, pídales una canción; tal vez la tengan en su repertorio.
El pescado ocupa buena parte de la gastronomía, obviamente por su cercanía al mar. Por ello no desaproveche la oportunidad de probar diferentes platos como el congrio y la albacora, entre otros que se encuentran según la temporada en la que viaje.
De regreso al Plan no pierda la oportunidad de caminar por el puerto y conocer algunas de las plazas, lugares donde es posible sentarse y ver pasar la ciudad.
Y aunque no hubo tiempo para conocer más a fondo las costumbres y cultura de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad, seguramente usted tendrá la oportunidad de explorar las calles del Cerro Artillería y sus casonas de vivos colores o la vida nocturna de La joya del pacífico.