Así fue la llegada del Papa a Medellín
Un millón de personas esperan al Papa en el Olaya. El Santo Padre llegará por tierra a Medellín por razones climáticas.
Editor Digital en EL COLOMBIANO.
El Papa Francisco llegó a las 9:10 de la mañana al aeropuerto de Rionegro y fue trasladado por tierra hasta el Olaya en Medellín para la misa campal. Se esperaba que la misa iniciara a las 10:15 de la mañana, pero el traslado por tierra demoró el protocolo. El traslado se demoró aproximadamente 45 minutos desde el aeropuerto de Rionegro hasta el Olaya de Medellín.
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Según datos de la Alcaldía de Medellín cerca de un millón de personas de todas las regiones esperan bajo la lluvia en la mañana de este sábado la misa campal del Papa Francisco en el aeropuerto Olaya Herrera de Medellín. A las 6:45 de la tarde del pasado viernes se abrieron las puertas para que ingresaran cientos de personas que llevaban hasta dos días haciendo fila.
Toda la noche las personas fueron realizando su ingreso por los 17 accesos habilitados, para acomodarse en los lugares que rodean la gradería de los invitados especiales. A las 7:00 de la mañana se cerraron los accesos al aeropuerto, por lo que cientos de personas se quedaron afuera y no podrán ver la misa.
La mayoría de personas que se quedaron en las afueras del aeropuerto son turistas de varias ciudades del país que no sabían como ingresar a la ciudad o que tuvieron algunos inconvenientes en el viaje y en sus transportes. Muchas de esas personas están pidiendo respuesta de las autoridades para que les permitan el acceso.
Las personas que alcanzaron a ingresar ya se ubicaron en todas las sillas y portan impermeables de plástico para soportar la lluvia que todavía cae sobre la capital antioqueña que está en estos momentos con una temperatura de 18° grados centígrados.
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Una larga espera
A las 6:45 de la tarde del pasado viernes ingresaron las primeras personas al Olaya Herrera. La gente cargaba en sus manos maletas, cobijas, bolsas de dormir y cajas con comida.
La romería comenzaba en el Aeroparque Juan Pablo II, el lugar que permite la conexión con el aeropuerto Olaya Herrera, en donde la feligresía aguarda con paciencia a que el obispo de Roma haga su aparición.
La muchedumbre hizo “la prueba de resistencia” desde el día anterior pues además de la larga caminata que les tocó hacer para llegar al lugar, hubo cierre de vías y se sumó un torrencial aguacero.
Pero ni eso, ni el cansancio los desanimó porque al fin y al cabo las ganas de ver a Francisco compensaban la dura jornada que para algunos arrancó hasta 18 horas antes.
Ese fue el caso de un grupo de monjas pertenecientes a las Oblatas de San Francisco de Sales, comunidad fundada por la religiosa francesa sor Leonie Francisca de Sales Aviat.
“Estamos acá desde hace muchas horas pero lo hacemos con mucha alegría porque somos ministras de la eucaristía y vamos a ayudar a repartir la comunión”, dijo a Efe sor Cecilia, que encabezaba el grupo de ocho religiosas de esa comunidad.
Muchos fueron los que echaron mano de su ingenio para pasar la noche y mientras unos dormitaban en carpas, otros jugaban a las cartas o dominó y no faltaron los que se enfrascaron en duelos de ajedrez.
Y no faltaron los que, camándula en mano, rezaron el rosario mientras esperan al Vicario de Cristo que llegue al Olaya Herrera.
Si un desprevenido pasa por este aeropuerto podría pensar que la multitud espera a un cantante famoso, pero no al Papa Francisco, que tiene la responsabilidad de guiar a los católicos del mundo.
En los acentos se notaba la diversidad de regiones colombianas y países de donde provenían para acompañar al Papa, muchos de ellos habían permanecido en espera de la apertura de las puertas, incluso desde el pasado jueves.
Había gente que exhibía al momento del ingreso carteles con mensajes de bienvenida, gratitud y espiritualidad dirigidos al Sumo Pontífice. La propia multitud se encargó de generar un ingreso ordenado al corear “despacio, despacio”.
Con más de 15 horas en la fila, la puertorriqueña Miriam Martínez, al igual que otros 25 compatriotas suyos que llegaron a Colombia a comienzos de semana, no se desanima por la larga espera.
“Ha sido terrible, tenemos boleta y todo pero no se qué pasó. Nos pasan de un lado para otro y todavía no tenemos un puesto fijo pero lo que importa es ver al papa, a eso vinimos”, dijo Martínez a Efe.
La misa campal del Papa en Medellín incluirá símbolos de la ciudad como las silletas florales y el cuadro de Nuestra Señora de la Candelaria.
Para atender la gran afluencia de personas durante la visita de Francisco a la ciudad, en la que además de la misa campal hará dos recorridos en papamóvil, las autoridades pusieron en operación 40 equipos de intervención en salud, 40 puntos de atención, 80 ambulancias, dos helicópteros, 7.240 voluntarios, 768 socorristas y 6.000 policías.
La apertura de puertas activó el plan de contingencia para garantizar la seguridad y el efectivo desarrollo de las medidas preventivas para los asistentes a la jornada preparatoria de la noche y misa campal de este sábado.
Desde la medianoche hubo una jornada de preparación espiritual con música y oración. Vecinos del sector estuvieron escuchando desde las 12:00 de la medianoche las oraciones y la música que concluyó a las 6:55 de la mañana.
La agenda del Papa en la mañana en Medellín
El Papa Francisco saldrá desde el aeropuerto militar de Catam a las 8:20 de la mañana y llegará al aeropuerto de Rionegro aproximadamente a las 9:10 de la mañana.
Desde ahí tomará un helicóptero hasta el aeropuerto Olaya Herrera de Medellín, llegando a las 9:15 de la mañana al lugar donde lo esperan miles de personas.
Cuando el Papa descienda del helicóptero lo estará esperando el papamóvil para hacer un recorrido entre los fieles, ya en la tarima será recibido por los altos jerarcas de la iglesia y el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, y el gobernador Luis Pérez.
A las 10:15 de la mañana comenzará la misa campal que durará hasta las 12:15 de la mañana, para luego trasladarse en automóvil al Seminario donde almorzará.
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Cientos de personas, en un clima algo frío y lluvioso en la madrugada, provenientes de diferentes ciudades, pasaron la noche entera a cielo abierto para asistir a una misa en honor de santo San Pedro Claver, el defensor de los derechos de los esclavos, que festeja su día.
La segunda visita de un Papa a Medellín
Se trata de la segunda visita de un papa a Medellín después de la de Juan Pablo II en 1986.
Francisco honrará la memoria del pontífice polaco santificado con una misa en el Aeropuerto Internacional Olaya Herrera, el mismo en el que más de un millón de personas se congregaron hace 31 años.
Las autoridades de la ciudad esperan esta vez congregar cerca de dos millones de fieles y superar el 1.300.00 de Bogotá, entre las mayores de su historia.
El Papa dedicará buena parte de su quinta jornada en Colombia a dialogar con religiosos y estudiosos del Seminario del Sagrado Corazón de Jesús.
La visita a Medellín tiene un fuerte significado personal para el pontífice argentino, porque fue el lugar donde la jerarquía de la iglesia de América Latina decidió en 1968 comprometerse con la causa de los sectores populares, la llamada “opción preferencial por los pobres”, que es hoy en día la prioridad de Francisco, el primer papa latinoamericano.
El legado de Medellín, que Pablo VI reconoció con su visita a Colombia, la única a la región en 1968, por décadas fue negado y de alguna se revitalizó con el papa Francisco.
El papa visitará el Hogar de San José donde de nuevo dedicará caricias y abrazos a niños víctimas de la violencia y el abandono.
También hablará con los jóvenes, que le entregarán al papa un mural de gran tamaño en el que expresaron sus preocupaciones por la educación, la corrupción y el embarazo adolescente.
El obsequio fue creado durante las jornadas de Scholas, un programa que creó Francisco en Argentina, cuando no era papa y que se ha realizado en diferentes países.
Curar las heridas del conflicto, ponerse del lado de las víctimas, exigir “verdad y justicia” de manera de lograr reconciliación y una paz duradera tras más de medio siglo de enfrentamiento del Estado con guerrillas, paramilitares y narcotraficantes, han sido el hilo conductor de la visita de cinco días del jefe de la iglesia católica a Colombia.
“La fe se siente fuerte en toda la área metropolitana de Medellín”, contó Jhon Jairo Cano, quien pinta y restaura estatuas religiosas.
“Es una temporada buena porque hace poco se firmó la paz”, aseguró.
El papa argentino, de 80 años, que ha tenido una agenda muy cargada durante su vigésimo viaje internacional y quinto a Latinoamérica concluirá el domingo en Cartagena su histórica visita.