Asomersa fortalece la autonomía femenina en Sabanalarga
María Rojo Villa fundó la Asomersa, una iniciativa que hoy da fuerza económica a 16 mujeres en su territorio.
En la navidad de 2021, María Rojo Villa repartía sancocho en su vereda El Encanto, cuando frente a una cantina se formó una trifulca entre una pareja. Algunos pedían que parara, pero Maruja, como le dicen a María en Sabanalarga, decidió hacer algo y, consciente de la fuerza física que tiene separó la pelea y enfrentó al hombre. Él se enojó, pero al ver que la familia de Maruja estaba ahí, tuvo que irse. Ella se quedó con la mujer, y le pidió que se separara de ese hombre, pero la señora le respondió que si lo hacía, ¿quién le iba a dar la comida para sus hijos?
Motivada por el miedo de la mujer y su dependencia económica, Maruja tomó la decisión de crear la Asociación de Mujeres Emprendedoras Rurales de Sabanalarga, Asomersa, enfocada en tres poblaciones vulnerables: madres cabeza de hogar, víctimas del conflicto armado y madres desplazadas. Su objetivo es que ninguna mujer tuviera que abandonar a sus hijos o su territorio por falta de sustento. Maruja, que ya había participado en luchas sociales, tomó la iniciativa de buscar apoyo institucional.
Una de sus primeras ideas fue la costura, aunque confiesa que no le gusta coser, utilizó esta actividad para conseguir un proyecto productivo. El alcalde le entregó cuatro máquinas antiguas y una mesa de corte. Posteriormente, con la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, en alianza con la Corporación Colombia Internacional lograron obtener una bordadora, una computadora, una tablet y una impresora para estampados. A pesar de los desafíos que tienen con las máquinas las 12 socias dedicadas a esta área practican con el objetivo de especializarse en ropa deportiva.
Sumado a esto, Maruja ha impulsado personalmente otro proyecto productivo de servicios alimentarios, que después se convirtió en otra de las líneas de la Asociación. Ofrecen chorizos, arepas, servicios de catering y almuerzos y han logrado construir una base de clientes que probaron la sazón de Maruja y las demás mujeres y siguen buscando sus servicios.
El camino de Maruja está lleno de desafíos. Ella ha sido amenazada por grupos armados, fue desplazada múltiples veces y, por ello, vive con grandes precauciones en el municipio. Sin embargo, el compromiso con esta “otra familia” de 16 mujeres que hacen parte de la Asociación es permanente. Maruja preside puntualmente todas las reuniones, escucha con paciencia y ternura a cada una de las mujeres y, si es necesario, las ayuda con sus propios medios, así sea trabajando para apoyarlas económicamente.
La confianza inquebrantable de las mujeres de Asomersa es la fuerza que la impulsa. Para ella, ser líder y empresaria significa ser médica y psicóloga y al mismo tiempo, porque su meta es no defraudar a quienes han depositado en ella la esperanza de un futuro digno y autónomo en su territorio. Este año, recibieron un reconocimiento, por parte de la Cámara de Comercio, debido al apoyo que brindan a las mujeres agroempresarias. La meta es fortalecer los proyectos para que más mujeres campesinas puedan sumarse y encontrar un sustento económico.