Grandes historias empresariales - Suroeste

Cerro Tusa Glamping lleva comodidad y lujo a la montaña

En Titiribí, Andrés Larrea y Luisa Pérez encontraron en su glamping la manera de vivir con calma y sostenibilidad.

hace 16 horas

Antes de llegar a Titiribí, hay un balcón natural donde se contempla como el verde de las montañas y el mapa de los municipios del Suroeste antioqueño se rinden ante la simetría de la pirámide natural más grande del mundo. Ese espacio es Cerro Tusa Glamping, un proyecto que han consolidado Andrés Larrea y Luisa Pérez. La idea surgió en 2019, cuando Andrés, comerciante de Betulia, vio que la carretera por donde se movía su antiguo negocio había perdido tránsito por la construcción de nuevas vías. “El mall facturaba lo suficiente para vivir muy cómodamente, y de un momento a otro quedó en cero. Entonces me di cuenta que debía reinventarme”, recuerda.

Un día, en Medellín, al hojear una revista de lujo, encontró un artículo sobre el glamorous camping, la tendencia de acampar con comodidad y diseño. “Lo leí y me pareció una idea muy buena. Tenía el terreno y la vista perfecta. Desde ese momento empecé a estudiar los modelos de glamping y formalicé el nombre de Cerro Tusa Glamping ante la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia”, cuenta.

El terreno donde antes hubo una bodega de ferretería y galpones de cerdos se transformó poco a poco. Sembraron café, plátano, limón y árboles nativos, instalaron energía solar y sistemas de compostaje, y crearon cinco teepees inspirados en las construcciones de los pueblos sioux, con baño privado y elementos de confort. “Respetamos la palabra glamping. Aquí hay buen descanso, pero también conciencia ambiental”, agrega.

El propósito nunca fue tener un hotel, sino un refugio para el bienestar. Ellos mismos reciben a las parejas, preparan los desayunos con productos locales y cuidan cada detalle. En la huerta cultivan frutas y verduras, y los ingredientes que no producen los compran a vecinos de la zona. “Queremos que la economía se quede en el territorio, que el bienestar se comparta”, agrega Luisa.

El acompañamiento de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia ha sido determinante. Han participado en capacitaciones, espacios de networking y programas de digitalización que les han permitido dar visibilidad al proyecto. “La Cámara nos ha apoyado desde el comienzo, con formación, asesoría y mucha generosidad. Gracias a ellos aprendimos a fortalecer la parte empresarial y digital”, reconoce Andrés.

Además del alojamiento, lideran una iniciativa social que los llena de orgullo. La Ludoteca Sede Ale para 25 niños de la vereda El Porvenir, donde los pequeños reciben clases de arte, lectura, deporte, entre otros. “Es nuestra forma de devolver lo que este lugar nos ha dado”, afirman.

Andrés, administrador de empresas, y Luisa, su compañera de vida y de proyecto, han encontrado en este espacio una manera de vivir distinta. “Durante años viví acelerado. Hoy entendí que no se trata de ganar más, sino de vivir mejor. Esto no es solo un negocio, es nuestra manera de estar en el mundo”, recalca Andrés, mientras levanta su vista hacia la piramide natural más gran del mundo.