50 años de oro del Pibe Valderrama
Toda una ciudad está de fiesta, un barrio de Santa Marta en particular, y en especial la casa de la señora Juana; la que por nueve meses llevó en sus entrañas a uno de los ídolos más grande que ha dado el fútbol colombiano en toda su historia.
A las 9:30 de la noche, la hora escogida por Dios y el destino para que en el antiguo Hospital San Juan de Dios, la señora Ana, comadrona de Juana, tuviera entre sus manos al ídolo de Pescaíto.
El despertar de este viernes será diferente para la señora Juana Palacio Yanez, pues el segundo de sus hijos y mayor de los varones, Carlos Alberto, El Pibe; llega a sus 50 años de edad. En Barranquilla o Santa Marta; junto a sus familiares más cercanos, el mono como su pelo, festejará su 50 aniversario como las bodas de oro.
Practicante de boxeo y alimentado con leche de chiva, El Pibe Valderrama, icono del deporte nacional, comenzó desde pequeño a ‘patonear’ las calles del entonces polvoriento Pescaíto, con amigos de cuadra como Cundi, Guatite, Robapollo (Edison) y su hermano Alan, el mismo que recibía los regaños por ser más pequeño.
Subir el cerro, pescar con sus amigos, cacería de animalitos y peleítas de barrio, eran el día a día del que a mediados de los 1980 y 1990, fuese el mayor referente en la historia del balompié nacional.
Estudiantes del Jhon F Kennedy en primaria y del Liceo Celedón en el bachillerato, El Pibe aún se ríe de sus travesuras de ‘pelao’ como la recordada pelea con Limbo Limbo, el terror de los ‘pelaitos’ porque era el más grande.
Aún se recuerda a Betty Sierra como una de sus novias, quizás la primera, aunque él sólo lo sabrá, a Margarita antes Claribeth, la riohachera que le robó el corazón y que un 25 de diciembre la concedió al primogénito, Alan Ronald, nombre en honor a sus hermanos.
Madrugador, amante del suero, del orden, la disciplina; siempre se levanta en las mañana a hacer ejercicios, con su equipo de gimnasio o no, El Pibe siempre buscar estar en forma.
Con una humilde tienda en Pescaíto, viniendo de abajo, Valderrama Palacio pasó por la Torre Eiffel, el Muro de las Lamentaciones, el Paseo de la Castellana, hasta guiar al seleccionado más importante de fútbol en Colombia, el que alcanzó su punto máximo con el 5-0 sobre Argentina en Buenos Aires previo al Mundial de Estados Unidos 1994.
Sus zapatos talla 42 descrestaron al mundo, los que le entregaron una innumerable cantidad de trofeos y reconocimientos que conserva en su casa de Barranquilla, donde apenas hay exhibidos fotos, cuadros, medallas unos otros tantos; todavía hay un resto ‘encajetao’ pero no hay pared para tanto.
Hoy en la celebración no faltará la música de Tito Rojas o Gilberto Santa Rosa, el salsero de Doña Juana, el que al despertarse y tras recibir las primeras felicitaciones, de seguro tomará un periódico para enterarse del acontecer mundial y si tiene un rato libre, el crucigrama para llenarlo.
Jugador de dominó, mamador de gallo y descomplicado, hoy el hijo de Jaricho y Juana cumple medio siglo de existencia, pero seguirá siendo el ‘Pibe’ de la casa.