A Meir
Querida y recordada Golda. De nuevo el Medio Oriente se sacude y como siempre el malo de la película es Israel y tiene como oficio (y como Sísifo) que limpiar y sacudir la colcha, lavarla y ponerla a secar para que otros la ensucien desde el vecindario.
Para la derecha, que Israel cometa errores o aparezca persiguiendo a otros, es un plato fino. Las derechas (Franco, Hitler) siempre han pregonado que el mal proviene de los judíos (que misteriosamente son comunistas y capitalistas al mismo tiempo). Y así han tenido un chivo emisario a los desmanes que ellas mismas cometen.
Para la izquierda, Israel es un invasor y un abusivo, pues ataca con todo cuando lo que debería hacer es dejarse pegar y escupir, bombardear permanentemente y, como muestra de buena fe, dejar que los hombres bomba exploten en buses y supermercados. Los judíos deben aguantarlo todo, decía Stalin.
En términos de guerra y política, hay un concepto: carne de cañón (que sirve de trampa). La carne de cañón alborota el avispero, crea emociones fuertes y es usada para intereses muy distintos a lo que se les prometió. Y es la que pone las muertes que después aparecen en las pancartas y ayudan a que las votaciones crezcan a punta de eslóganes emocionales.
Próximamente habrá votaciones en Irán, que se vale de los palestinos para hacer propaganda. También sirve esa carne de cañón para dañar pactos, en este caso el que adelanta Israel con Siria con la mediación de Egipto y Francia. Y daña lo logrado, como sucede con la buena convivencia entre palestinos cisjordanos y autoridades israelíes. Total, querida Golda, lo que pasa no es gratuito. Y lo peor, se ha pensado cuidadosamente.
Desde los tiempos de la OLP (que usted vivió a fondo, Golda Meir), las barreas humanas han sido parte de la estrategia de quienes atacan a Israel. Y la gente de Hamas y Hezbolá (islámicos delirantes que se han educado en el odio ciego y esquizofrénico), que se mueve entre niños, mujeres y ancianos (en la última batalla de Beirut el asunto fue evidente), usa esta estrategia como parte de la guerra de la propaganda. Los corazones se inclinan frente a los desvalidos, no importa que estos hayan sido colocados en primera fila (como carne de cañón) en lugar de ser amparados y protegidos. Y esta ha sido la piedra en el zapato, pues quienes atacan a Israel no quieren ningún arreglo sino ser víctimas, mostrar víctimas y así ganarse un espacio político como luchadores y no como creadores de un espacio habitable.
Golda Meir, nació en Kiev en 1898 y murió en Israel en 1978. Fue primera ministra (1969-1974). En la entrevista que le hizo Oriana Fallaci, habla de ella como de una abuelita excepcional. Golda creía que los niños eran el futuro y que quien era capaz de exponer un niño a un fuego cruzado, no tenía nombre.