A Quino
Querido, leído y reflexionado Quino, no hay acontecimiento cotidiano (la vida es esto) que usted no haya dibujado (y gracias a D's publicado), porque sin pequeñas dosis de confrontación la realidad no existe. Y si bien usted no es bien visto por algunos (hay gente que evade la realidad y así vive frente a una especie de espejo múltiple que refleja una misma forma), a los que nos gusta que nos confronten nos encantan sus metáforas de clase media burguesa (no salarial). Y hablo de la clase a la que pertenezco, porque allí todavía hay valores y principios (por eso nos da miedo tanto asunto extraño), libros leídos en las bibliotecas y creencias y tradiciones en la posibilidad de un buen vivir. Porque si no se vive bien (bajo el utilitarismo de Stward Mill, se vive bien cuando el otro también lo logra), esto no es vida, como dicen algunas señoras antioqueñas. De aquí que me vea reflejado en sus trabajos, en calidad de ciudadano al que lo inesperado y el absurdo lo hacen sentir vivo.
Una de las metáforas que más me gusta es la de una tortuga llamada Democracia, que es propiedad de Libertad, una amiga de Mafalda (uno de sus personajes más famosos). Libertad es hija de una pareja de traductores que viven como pueden pero que no abandonan sus sueños. Supongo que la libertad es una traducción que hacemos de lo que sucede aprovechando la inmediatez de la vida (el presente de Martín Buber), para autodeterminarnos, saber dónde estamos y en relación con qué. Pero el asunto que me interesa es el de la tortuguita Democracia. Es claro, amigo Quino, que no hay democracias rápidas sino lentas y que éstas dependen de la lechuga que les den (Democracia se alimenta de lechuga, legumbre o verdura que produce sueño), que debe estar en su punto.
Y como la democracia (Demos, pueblo; Cratos, gobierno; pero no gobierno del pueblo sino gobierno en representación del bien común del pueblo), es lenta, esto indica que es una construcción del bien supremo (como llama Baruj Spinoza al ejercicio democrático, que termina siendo el de la participación colectiva en las instituciones, no en su gobierno sino en sus resultados). Y si bien es cierto que la democracia no es perfecta, sí es al menos la mejor manera de gobierno que hemos logrado configurar. Vuelvo entonces a la tortuguita llamada Democracia y a su dueña, Libertad. Y la democracia funciona cuando va de la mano de la libertad que, en términos de Benjamín Franklin, es la facultad de elegir siempre lo más conveniente. Y esa democracia depende de cómo y con qué la alimentemos, amigo Quino.
Quino, Joaquín Salvador Lavado, nació en Mendoza (Argentina), en 1932, y sigue dibujando. Quiero creer que se ha puesto el seudónimo Quino por aquello de la quina, remedio contra las fiebres del paludismo. También para tratar heridas. Tener quina es una forma de libertad contra los acaloramientos del delirio, supongo.