Al otro lado del silencio
Creo que nunca olvidaré la canción. La oía en la radio al amanecer. La cantaban Los Ángeles del Infierno, una banda de Heavy Metal, en la década de los ochenta. La letra decía: ¿Qué hay amigo al otro lado del silencio? Cuando la escuchaba, sentía que detrás de ella había un mensaje en clave, una botella lanzada al mar por un náufrago sin nombre. No sé quién llamaba a la emisora y la hacía poner cada cierto tiempo a la misma hora.
La canción vuelve a mi memoria después de leer un ensayo alucinante del psicoterapeuta Didier Dumas y una entrevista con Penny Sartori, una enfermera de un hospital de Gales que publicó un libro que ha dado mucho de que hablar: "Experiencias Cercanas a la Muerte de Pacientes Hospitalizados en Terapia Intensiva". La enfermera averigüó durante 10 años lo que sentían los enfermos que sufrieron infartos y estuvieron a punto de morir. Al final, escogió 15 relatos. Didier Dumas, en cambio, se ha ocupado de estudiar la mente de los niños psicóticos en hospitales de Francia. Los resultados de las dos investigaciones tienen coincidencias asombrosas.
Detrás del silencio de los niños autistas, Dumas encontró casos inexplicables: un paciente que iba siempre a la consulta con frascos llenos de avispas que le caminaban por las manos sin picarlo jamás. Una niña que podía arrancarse jirones de piel sin sentir dolor. Dumas se demoró mucho para comprender que los niños psicóticos, y especialmente los autistas, tienen la capacidad de autoanestesiarse. Su trabajo lo llevó al estudio de experiencias mentales límites, como ciertos episodios de telepatía infantil. Un caso clínico descrito por François Dolto le abrió las puertas de otras experiencias: una mujer estuvo a punto de morir después de dar a luz una niña; su esposo se enteró por su suegro que cuando ella nació él tuvo que internar a su mujer en un hospital porque enloqueció al saber que la criatura que había dado a luz era de sexo femenino. La terapeuta le aconsejó al paciente ir a contárselo a su esposa aunque se hallara en estado de coma. Él lo hizo y, apenas acabó su relato, ella despertó. La mujer dijo luego que había escuchado todo a pesar de estar en coma, y que también había visto lo que sucedía en la sala de urgencias desde fuera de su cuerpo. Según ella, las palabras de su esposo la sacaron de la prisión mental del coma.
Hasta hace poco, el estudio de las experiencias cercanas a la muerte en el campo clínico era inusual. Se sabía que en campos de concentración nazis, algunos prisioneros acosados por la muerte y en estados alterados habían visto desfilar toda su vida en un instante, como si fuera una película. La enfermera Penny Sartori se dio cuenta en 1998 de que había muy pocos estudios científicos sobre ese tema. Después de recibir autorización del tribunal ético de su hospital, emprendió una investigación en la que siguió muchos casos de enfermos que estuvieron en coma profundo y entrevistó a unos 300 en unidades de terapia intensiva. En sus historias, ellos relatan experiencias en las que se vieron fuera de su cuerpo, o viajando por un túnel que los conducía a una luz brillante. Algunos se vieron "flotando sobre sí mismos y que el techo se había disuelto". Muchos fueron capaces de recordar con precisión lo que había ocurrido en la sala de cuidados intensivos, a pesar de haber estado inconscientes y con los ojos cerrados. Otros recordaron haberse reunido con parientes muertos con los que pudieron comunicarse por telepatía. "Ciertos pacientes informaron que vieron toda su vida proyectada en un instante", dijo la enfermera a un periodista de la BBC. Al final, algunos pacientes contaron que flotaron de regreso a su cuerpo, y otros sintieron como si despertaran súbitamente.
¿La conciencia está en el cerebro? ¿O la conciencia nos rodea y el cerebro es sólo un mediador, una antena que nos permite percibirla? D. H. Lawrence escribió en uno de sus diarios: "Esta es la ley? Nunca sabemos lo que es el principio. Tampoco sabemos lo que es el final? Como una llama, oscilamos entre dos oscuridades, la oscuridad del principio y la oscuridad del final. Provenimos de lo desconocido y hacia allí nos dirigimos". La pregunta de Los Ángeles del Infierno sigue sin respuesta: ¿Qué hay al otro lado del silencio?