Annie de Acevedo, señora de familia
La experta en temas familiares y educativos habla de sus proyectos y sus enseñanzas.
Ella es un referente cuando se habla de familia. Es una especie de oráculo de la crianza.
Fundó hace 40 años el centro de formación para niños con problema de aprendizaje más grande del país y uno de los más importantes del mundo. No le gusta hablar de sí misma, pero lo hace, siempre en torno a su función de madre o de sicóloga, los dos roles que más la apasionan.
Annie de Acevedo es una barranquillera sofisticada con un poco de bogotana y mucho de estadounidense, que ha dedicado su vida a los niños.
¿Cuál es su proyecto bandera?
"El hogar Nueva Granada. Allí estamos formando a 400 niños de estratos 0 y 1, algunos son hijos de mendigos que veo en la calle. Estamos formando a los de octavo grado. El otro proyecto es la Fundación Oportunidades, que atiende niños con problemas sicológicos, neurológicos y con problemas de aprendizaje.
¿Qué la apasiona?
"Me encanta estudiar. He estudiado mucho, he realizado posgrados en varios temas. Creo que me he mantenido muy actualizada y por mi vinculación al colegio americano me han costeado muchos cursos. Este verano voy a estudiar un curso de nuevas investigaciones sobre el cerebro".
¿Cómo ve la educación en Colombia?
"Yo pertenezco a una asociación que se llama Learning & the Brain que analiza todo lo que se descubre nuevo respecto al cerebro. Con ellos me he dado cuenta de que en Colombia estamos en pañales. Estamos enseñándole a un niño del siglo XXI con técnicas del siglo XVIII. La educación todavía se está basando en la Revolución Industrial.
Usted está abordando muy de cerca el tema de la sobreprotección a los hijos ¿qué ha encontrado frentea este tema?
"En uno de los últimos libros que publiqué, que se llama Padres que aman demasiado, hablo bastante de eso. La principal conclusión es que uno deja al hijo como inválido después de sobreprotegerlo tanto. Sé de niños con grandes capacidades que terminan muy mermados por la sobreprotección de los padres".
¿Cómo se afecta a un niño con la sobreprotección?
"En este mundo tan competido no se le debe hacer ese daño a un niño. Si un pequeño se cae, hay que dejar que él o ella superen ese episodio. Si se cayó se cayó, y eso pasa. Los niños deben sentirse competentes, que sepan que si se caen eso duele un ratico pero se levantan y listo. Ese es el mensaje que necesitan para poder competir".
¿Qué otra preocupación le genera su trabajo?
"Uno es lo que come. Me ha impresionado mucho la relación que hay entre nutrición y educación. Duele ver niños que no pasan de una agua de panela y una porción de arroz. Ver sus ojitos opacos y la lentitud de sus procesos de aprendizaje".
¿Cuáles son los temas más frecuentes de consulta?
"Una muy frecuente es sobre los niños que se pasan a la cama de los papás por la noche. Eso pasa en niños de hasta ocho años y es una señal clara de sobreprotección. El niño recibe el mensaje de que está cargo de la situación.
Se le dice al niño que debajo de la cama no hay nada y se tiene que soportar el llano por un ratico. Los niños son muy buenos percibiendo y muy malos interpretando".