Argiro, más grande que el forúnculo
Faltaban tres etapas y un forúnculo que le apareció en la nalga izquierda puso a temblar a todo el equipo de Antioquia.
Argiro Ospina, nacido en Nechí, estaba vestido de líder y de alguna manera había que defender el cetro y la supremacía antioqueña en la Vuelta a Higuito, en Costa Rica.
La dolencia del líder era un secreto de estado en las huestes paisas. Era un tema prohibido, porque este exmarcador de punta, que debutaba internacionalmente con la Gobernación de Antioquia, no podía perder ese supremo esfuerzo de una jornada en la que dejó a todo el mundo regado. "En la etapa final me dio fiebre; me dolía el cuerpo y algunos de los rivales se enteraron de mis dolencias, pero los seis minutos que tenía de ventaja fueron suficientes para mantener controlados a mis contendores, especialmente al español Víctor García y al mexicano Carlos López".
Hoy, Argiro Ospina Hernández, el hijo que lleva el mismo nombre del padre, y hermano de Carlos, corredor de la élite de Indeportes Antioquia, cuenta esa historia, en el año su debut en el elenco antioqueño.
El delgado moreno de 20 años recuerda con gratitud su paso por el fútbol, cuando fue campeón con Nacional en la sub14; de las corridas por las bandas y de la consagración como estudiante en la Escuela Alfonso López.
Pero el presente lo pone como el quinto antioqueño campeón de la Vuelta a Higuito, donde venció a sus rivales y a un molesto forúnculo.