Histórico

Armando Villegas, un buscador vanguardista

El maestro colombo peruano, al que ni siquiera la edad lo hizo dejar las manos quietas, deja un gran legado en el mundo de la plástica.

01 de enero de 2014

Fue un artista moderno en todo el sentido de la palabra. "Armando Villegas fue un artista que buscó siempre la innovación, la originalidad y una posición vanguardista dentro del panorama del arte de la segunda parte del Siglo XX", recuerda Eduardo Serrano, curador de arte.

Precursor del realismo fantástico, el pintor y muralista Armando Villegas nació en 1926 en Perú. Sesenta y siete años después, en 1993, el entonces presidente César Gaviria lo llamó y le entregó la nacionalidad colombiana. "Desde entonces he sido colombiano", contó en entrevista con El Colombiano, en 2012.

El maestro llegó a Bogotá en 1951 para estudiar pintura mural con el muralista Ignacio Gómez Jaramillo y se quedó en Colombia, donde adelantó un posgrado en pintura mural en la Universidad Nacional.

Siete años después de su llegada, se ganó el segundo puesto en el Salón Nacional de Artistas, con un cuadro abstracto. Un cuadro distinto, en medio de un montón de obras de paisajistas, que fue lo que encontró el artista al llegar.

"Durante dos periodos fue abstracto y durante un largo periodo un pintor figurativo. Como abstracto fue uno de los artistas pioneros en Colombia, uno de los primeros que hubo en el país. Y como artista figurativo tuvo una particularidad muy especial: mezcló la abstracción con los símbolos y signos y con la creatividad de la cultura precolombina, tanto del Perú como de Colombia", agrega Eduardo Serrano.

La crítica de arte Marta Traba, lo había dicho ya también cuando afirmó que Villegas fue uno de los artistas que trajo la contemporaneidad al arte del país. En esa lista también están Fernando Botero, Enrique Grau y Alejandro Obregón. Con su trabajo se convirtió en figura representativa de la plástica latinoamericana.

Inquieto y autocrítico como el que más, el maestro Villegas incursionó también en el arte figurativo. "Pintó entonces esos guerreros llenos de tocados, de plumas y de cosas, que parecen guerreros medievales pero son precolombinos, de la época de la conquista. Muchos de ellos son autorretratos", agrega Serrano antes de recordar que después de esa etapa el maestro Villegas regresó al trabajo abstracto, ya no vanguardista, sino tratando de decir "mire, se está diciendo que la pintura se acabó y la pintura no se ha acabado. La pintura es eterna, siempre renovable, siempre se puede reinventar".

Y vaya si la reinventó. Nunca se alejó de la actividad artística. "He acumulado una suerte de hallazgos. Hay artistas que se acomodan en un solo estilo y no salen de él. Yo he sido siempre un buscador. Investigo y motivo a otros de forma permanente. Estoy al día en la marcha del arte. Mi estudio se ha vuelto como un laboratorio, porque llevo 1.500 objetos o ensambles, un caso insólito para un artista colombiano".

El maestro falleció el pasado 29 de diciembre en Bogotá.