Histórico

Arqueros ahora sienten "un fresquito"

11 de julio de 2008

Seguramente, esta noche en las grama del Atanasio Girardot, habrá lágrimas, algo de tristeza, mucho de nostalgia. Sin embargo, un grupo chico de personas podrán respirar hondo, con algo de alivio.

Los porteros, permanentes sacrificados por Víctor Aristizábal, no estarán felices, pero sí sentirán como "un fresquito". Y es que dice adiós el colombiano que más veces derrotó a su último rival en cancha como profesional.

Injusto. Y es que Víctor hizo famoso a más de uno. En Colombia los nombres de Patricio Toledo, Julio Gómez y John Caicedo serían menos conocidos -de lo que son- si no hubiera sido por el delantero del adiós.

Casi un centenar de porteros en Colombia, Brasil y de varios seleccionados, sufrieron a Aristi. Desde sus goles cantados hasta eso que algunos llaman "canchear" con palabras y discursos, los arqueros rivales supieron del sufrimiento por culpa del 9 de la otra vereda.

"Me tocó jovencito, cuando empezaba en Nacional y yo estaba en el Once. Y en Manizales me anotó. Era un delantero que metía miedo, como juvenil y veterano. Es un orgullo que sea antioqueño", comenta Oswaldo Durán, ex arquero de Nacional y Once, y ahora técnico.

Para otros, el recuerdo no es bueno. Un tal Patricio Toledo, regular arquero chileno, solo será recordado en Colombia (y si mucho), por el gol que recibió el 30 de mayo de 1993 en el estadio Nacional de Santiago. "No sé que quiso hacer, pero le salió bien, bonito. Es un gol difícil de explicar porque creí que iba para afuera. Nada más", explicó para EL COLOMBIANO del 2 de junio de ese año el meta chileno, quien hoy vive en una ciudad chica. Fue una especie de escorpión, jugando con la Selección de mayores.

Otros derrotados, como Julio Gómez y John Caicedo son historia. Gómez, ex del América, recibió la chilena en la Libertadores-1992, y ahora vive en Estados Unidos. "El balón me quedó un metro atrás y lo hice de chilena. Gané un premio de consuelo: un televisor por el mejor gol de la Copa", recuerda Aristi.

Caicedo, más joven, acaba de desvincularse del Huila, pero no se sabe de su presente. Recibió el gol 300 de Víctor cuando atajaba para el Bucaramanga. "Fue una noche hermosa, llena de emoción porque la viví con Nacional y en mi estadio", recordó el goleador. Y hoy, en el día del adiós, otros podrán dormir tranquilitos.