Histórico

Así es Ricardo, Jorge...

13 de julio de 2010

Brrrrr. Ca-ta-plas-ma.

Durante un mes lo vimos a media caña con una bebida fermentada sudafricana, pidiendo la mano en una tribu, con una simple torcedura de tobillo -de esas bien dolorosas-, en la mira de los hooligans, con una vieja Gloria, soplando un dardo envenenado hacia el camarógrafo...

Una serie de comerciales, inocente (en apariencia) y graciosa, sacudió dos grandes poderes de este país, generadores de opinión por excelencia: creativos de publicidad y comentaristas de fútbol.

El discurso televisivo influye y opera constantemente en la cotidianidad. A través de él se despliegan ideologías y se orienta la forma de dar significado al entorno; por eso, un destello de humor fino es un oasis en la televisión colombiana, modelo de ordinariez y convencionalidad.

En la obra Clásicos y Modernos , Azorín escribió: "Haciendo la historia de la ironía y del humor, tendríamos hecha la sensibilidad humana y consiguientemente la del progreso, la de la civilización". Más que una caricatura astuta, el Corresponsal parece una apuesta a la concientización de la audiencia colombiana frente al circo mediático que la somete.

¿Quién no ha soñado con ver al "doctor Carlos Antonio" informando en arenas movedizas o desde las fauces de un león?

¿Quién no ha pensado que un locutor está narrando un evento distinto al de la pantalla (como el Corresponsal en el entrenamiento de rugby)?

¿Quién no ha considerado someter a un comentarista a pruebas de dopaje para comprobar 'si está en sano juicio'?

Y el mejor: la expulsión del Corresponsal de una rueda de prensa. ¿Qué son Caracol y RCN en Sudáfrica? Hormigas buscando dulce.

El Corresponsal es Julián Orrego, un rockero, cuyo humor cáustico supera a su personaje: "¿Qué le preguntaría a Javier Hernández Bonnet?" -lo cuestiona El Espectador -, y responde con una magistral síntesis del subtexto de esta campaña publicitaria: "Que dónde compra los vestidos de paño".

Así es Ricardo, Jorge: se murió el fútbol. Se acabó el Mundial. Y si soportamos la partida de Iker y Villita, nos resignamos a la desaparición del Corresponsal.

Precedentes para los creativos que no han estrenado su imaginación: ni el cliché es el lenguaje obligatorio para la emisión de mensajes publicitarios ni las imágenes de desnudos son el único método de recordación. (No ataco el desnudo sino la obsesión folclórica por lo obvio).

En el libro Cuestión de Pelotas , el sociólogo Pablo Alabarces afirma que el balompié "es el mayor fenómeno de la comunicación de masas en el mundo". A los comentaristas deportivos -me refiero a los prepotentes que pontifican, canonizan y, al minuto, crucifican- les queda este espejo.

Así es Ricardo, Jorge: gracias por recordarnos lo ridículos que somos e impulsar la noble disciplina de la auto-burla. Quien sabe reírse de sí mismo jamás estará en el lugar equivocado.

"La verdad es incontrovertible, la malicia puede atacarla, la ignorancia puede burlarse de ella pero, al final, ahí está", dijo Winston Churchill. Creativos y comentaristas: Sigan en estudio. (Y no precisamente el de transmisión).