Histórico

Bellas Artes es territorio Botero

EL COLOMBIANO en el cubrimiento de Celebración en México. Ayer revisó la enorme muestra.

26 de marzo de 2012

Radiante, de la mano de su inseparable Sophia Vari , llegó ayer al mediodía el maestro Fernando Botero al Museo Palacio de Bellas Artes en Ciudad de México.

Bajo un cielo azul y con una temperatura de 30 grados centígrados, el maestro y Sophia cruzaron la explanada frontal del Museo donde solo la cámara de EL COLOMBIANO los encontró. Las otras, de celulares y equipos semiprofesionales se concentraban en las cinco esculturas monumentales de Botero.

Llegó para revisar que la exposición Fernando Botero: Celebración, que inaugurará mañana el presidente mexicano Felipe Calderón , la más grande retrospectiva de sus obras y que el museo programó en su homenaje, estuviera en orden.

Y cómo no habría de estarlo. Desde hace casi dos años, cuando las directivas del museo lo invitaron a exponer en esta fecha, que casi coincide con la celebración de su cumpleaños 80 (el 19 de abril), Lina Botero , su hija, se puso al frente de la organización.

"Conozco muy bien su trabajo, sé dónde están sus obras y cuáles están disponibles", precisó Lina, quien tuvo a su cargo la curaduría.

La exposición, de 177 obras, incluye dibujos, acuarelas, esculturas, óleos y hasta cuentos. Una amplia muestra de 63 años de recorrido artístico del Maestro que ocupará casi todo el museo y que se podrá visitar hasta el próximo mes de junio.

"Estoy feliz con este homenaje que me rinden en México. Es la quinta vez que expongo en este país, y en este caso con la muestra más grande que jamás se haya reunido con mi trabajo", dijo el maestro Botero.

Luego de recorrer las ocho salas, el artista invitó a los ejecutivos del museo, encabezados por la directora Iztel Vargas , a un almuerzo en el Restaurante Café del Museo. "En 22 años que llevo aquí, es la primera vez que un artista tiene esta deferencia", precisó Luis Bello Morín , propietario del establecimiento.

Cerca de 50 personas del Museo ocuparon medio restaurante mientras departían felices con un Botero muy conversador y sonriente. Tan pronto terminaron de comer, otros asistentes, que adquirieron libros del artista, abordaron al maestro para saludarlo, felicitarlo y pedirle su autógrafo. Una rúbrica que no le negó a nadie.

En las horas de la noche se llevó a cabo una cena de gala privada con el fin de recaudar fondos para el museo. La cita sirvió además para la subasta de una escultura que donó el maestro Botero, y que tuvo como martillos a los expertos de la Casa Sotheby's.

Entre tanto afuera, en la explanada frente a Bellas Artes, el público seguía pasando frente a la Mujer Parada (2007), el Rapto en Europa (2008), la Mujer Reclinada (2002), el Caballo (2009), y la Mujer Sentada (2002), los cinco bronces monumentales que engalanan la entrada.