BIMBALA PREFIRIÓ UNA COBRA
En la India, una mujer decidió casarse con una cobra en vez de hacerlo con un hombre que es lo usual desde que el mundo es mundo. Sucedió en el estado oriental de Orissa.
Si los caballeros las prefieren rubias, Bimbala Das, india de 30 años, prefirió casarse con una serpiente. Su divisa parece tomada de Diógenes: mientras más conozco al hombre más quiero a mi cobra.
No se conocen reacciones de los varones domados de la localidad. Que lo cambien a uno por una cobra es una ofensa al género.
Fue un matrimonio por poder, porque la cobra no asistió a la ceremonia.
Simplemente, explicó la novia, el día previsto para el casorio, la serpiente, una cobra venenosa, no salió del hormiguero donde vive.
A la entrada de la cueva, Bimbala suele ponerle leche. La cobra sale, bebe y regresa a su base.
Es la forma de comunicarse que patentaron la novia y el novio. O la novia, si la serpiente finalmente resulta también del sexo femenino. Que no se entere el senador Roberto Gerlein...
Con el rito de la leche que le servía fue naciendo el romance que como todo amor, será eterno mientras dure. Bimbala sostiene que su amor es correspondido porque la cobra jamás la ha picado.
Como la cobra no fue a su matrimonio, los paisanos de la novia pusieron en su lugar, durante la ceremonia, una réplica en cartón del animal. Como sucede en La Habana con Simón Trinidad y el exdirector de la Policía, el general Naranjo. (Bueno, el mejor policía del mundo por fin tuvo tiempo para la paz y apareció).
El enlace Bimbala-Cobra fue oficiado por un sacerdote que recitaba mantras, o sea, oraciones.
El matrimonio contó con el visto bueno de los lugareños. Fueron ellos, no los padres de la novia como habría ocurrido en Colombia, los que pagaron la fiesta del casorio. (Sigo creyendo que los gastos los deben pagar entre las dos familias. ¿Por qué solo los pobres padres de la novia?)
Hubo complacencia por el matrimonio debido a que en la India la cobra se considera que trae buena fortuna. Las víboras son veneradas en ese país donde las consideran un símbolo del dios Siva.
Según el cable de la agencia Efe que dio la noticia, la mujer de una casta baja, pertenece a una secta vegetariana amante de los animales.
En la India respetan tanto a los animales que si, por ejemplo, a uno lo pica un zancudo, hay que llevarlo hasta la frontera con Pakistán para poderlo matar.
"Estoy muy feliz", comentó la madre de la novia, o sea, la suegra de la cobra.
Después del matrimonio, la novia se fue a vivir en una casucha cerca del hormiguero donde vive su amado al que ahora, supone uno, le tocará levantar la yuca de la familia.