Chicas si las quieren, les darán un Pinot Noir
El lunes o, incluso este mismo fin de semana, regálense un cariñito con una de las cepas más maravillosas del mundo del vino, caprichosa en el el campo y muy versátil en la mesa.
Este lunes es el día de la mujer y si le van a dar un cariñito, que se lo den bueno. En esa categoría califica perfecto un Pinot Noir.
Si su hombre le lleva a la mesa una botella de vino blanco, por ejemplo un Chardonnay, un Torrontés o un Sauvignon Blanc, dele 7 puntos: acertado, pero previsible, sin mucha creatividad. Si propone un rosado, ojalá de Syrah o de Malbec, califíquelo con 8,5, porque se nota que conoce la tendencia mundial y además le quiere regalar un momento fresco en medio de este verano tan bravo. El hombre está en la jugada.
Ahora, si el descorche es de Pinot Noir, no hay duda: apruébelo con los 10 puntos porque es evidente que la entiende, desea sorprenderla y la quiere mimar.
Tal vez nadie ha descrito mejor la cepa que ese personaje complejo llamado Miles, en la película Entre copas( Sideways , Alexander Payne, 2004. Ahora que les gusta el vino, vale la pena que la vuelvan a ver): "Es una uva difícil de cultivar, es temperamental, no es una Cabernet Sauvignon, que puede crecer en cualquier lado, aun cuando la descuiden. La Pinot Noir solo puede crecer en unos rincones muy específicos, escondidos, del mundo. Y solo los viticultores más pacientes y cuidadosos la pueden cultivar. Solo aquellos que se toman el tiempo para entender el potencial del Pinot pueden extraerle su expresión más compleja, además sus sabores son de lo más inolvidable y brillante y emocionante y sutil y antiguo del planeta".
¡Fantástico, hace agua la boca! A Miles (Paul Giamatti) casi se le encharcaban los ojos al describir estos vinos y mientras Maya (Virginia Madsen) lo escuchaba, iba descubriendo que ese podría ser el hombre de su vida, para compartir muchas noches, muchas copas ¡Véanse la película!
Arisca y desagradecida
La cepa cuyo origen se atribuye a Borgoña, Francia, de frutas pequeñas, frágiles y de color negro violáceo que despiden aromas asociables con cereza, fresa, frambuesa, violeta y notas ahumadas, es arisca y desagradecida en el campo, y además difícil de vinificar en la bodega por sus riesgos de sacar bebidas claras y simplonas; sin embargo, si el resultado sale sin tacha, es toda una joya en botella para pasar un rato agradable y comer aún mejor.
Carmen Ángel, propietaria y chef del restaurante de comida contemporánea ubicado en El Poblado que lleva su nombre, y que tiene una ventaja sobre nosotros por su origen californiano, donde es una de las cepas estrella, dice que "la Pinot Noir, todavía desconocida en esta ciudad, es espectacular, de aromas frutales y de un gusto que al final puede tener notas algo dulces. Es suave en intensidad e ideal para quienes se tomarán sus primeros tintos".
Otra enamorada de esta uva de piel fina, por eso mismo opone resistencia para sacar un buen color, es Manuela Vega, de El Santísimo, cuya carta especializada en cocina caribeña con técnica francesa incluye botellas de Chile y Argentina: "Todavía en el restaurante no la piden mucho, porque el comensal prefiere elegir lo conocido; pero es una de nuestras recomendadas para los clientes que ordenan vino y están aprendiendo. Juega perfecta con una buena variedad de platos y por sus bajos taninos es más tranquila, más amable para el paladar".
Seguro, una joya para seguir descubriendo, para darle botellas y botellas en los próximos descorches (probando y probando es que se aprende y se descubre lo bueno, lo que más nos gusta), que no lesiona las encías ni las papilas de los nuevos consumidores y que a la vez no le queda chica a los grandes conocedores.
Así que, si le quieren regalar un buen día de la mujer, ya su hombre tiene la pista. Y para hacerle la vuelta completa le conseguí el presupuesto, para que vea que amor, buen gusto y carestía no siempre son lo mismo: en supermercado una botella de Pinot está entre 19.000 y 53.000 pesos.