Cien años: ésta es la edad de El Tiempo
LA HISTORIA DEL diario capitalino comenzó a escribirse el 30 de enero de 1911. Fundado por Alfonso Villegas Restrepo, espera que se le noten los años en su defensa de los valores.
Uno de los primeros recuerdos que tiene Roberto Pombo de El Tiempo, es que, de niño, cada mañana hacían deslizar el diario por debajo de la puerta de su casa, agarrado de El Siglo.
"Mi padre, que era conservador, tenía un perro que aprendió a ladrarle a El Tiempo y agitarle la cola a El Siglo".
"¿Es verdad -le pregunto- o es exageración suya?"
Ríe mientras contesta: "Mentira. Mi padre solía bromear con este comentario, pero en casa devorábamos los dos periódicos".
Desde 2003, Roberto Pombo está vinculado a El Tiempo y desde 2007, es el director del diario capitalino, el mismo que hoy cumple 100 años.
Fue el 30 de enero de 1911, en el gobierno conservador de Carlos Eugenio Restrepo, cuando un amigo de Eduardo Santos Montejo, con quien había asistido a la universidad, Alfonso Villegas Restrepo, lo invitó a fundar el periódico. Pero, como lo cuenta el mismo Santos en entrevista de Jaime Posada publicada en ese diario en 1951, él estaba pasando por una situación económica difícil con su familia y no se podía dar el lujo, por más que le gustara, de hacer parte de una empresa que no daba ganancias y ni siquiera un sueldo. Sin embargo, Eduardo permaneció cerca al naciente medio. Con decir que en la segunda edición de cuatro páginas, el editorial fue una extensa carta política que éste le enviara a su amigo desde España.
Tanto le entusiasmaba la idea del periódico, que dos años después, en 1913, el mismo año en el que se creó la Intendencia de San Andrés, y luego de 677 ediciones, Eduardo se lo compró por cinco mil pesos.
Durante más de 15 años, según contó el hombre que llegó a ser Presidente de Colombia de 1938 a 1942, no hubo noche en que se acostara antes de ver la edición impresa.
Tan agitada como ha sido la historia de Colombia y del mundo, ha sido siempre la vida de los medios de comunicación y de los periodistas. Así, El Tiempo, con apenas tres años, apenas gozando con la superación de la edición número 1.000, estalló la I Guerra Mundial. En esos días, el Gobierno distribuía gratuitamente las noticias internacionales que recibía en el cable oficial en Santa Marta. Sin embargo, un planeta convulsionado motivó que el diario reforzara esa información contratando los servicios de la agencia Reuters.
Matriculado oficialmente como defensor de ideas liberales desde 1922, mediante un editorial, le tocó registrar la Masacre en las Bananeras, la depresión económica de los años 30; la Guerra contra el Perú; la II Guerra Mundial; la tragedia de Armero; el holocausto del Palacio de Justicia; la guerra del narcotráfico; el conflicto de guerrilleros y paramilitares... Pero, claro, también hechos felices como el descubrimiento de la penicilina, antes del 30; la Declaración de los Derechos Humanos; la creación de la Organización de Naciones Unidas; el primer Viaje a la Luna; el campeonato mundial de Cochise Rodríguez, y el Premio Nobel de García Márquez...
Las duras y las maduras
Es célebre la foto de Enrique Santos Montejo, Calibán, escribiendo a máquina en medio de un edificio quemado. Sí, porque los periódicos -y más en la época de La Violencia, marcada por la lucha partidista- han sufrido el rigor de la barbarie y, en ésta, el 6 de septiembre de 1951, los fanáticos dementes quemaron las sedes de El Tiempo, El Espectador y la Dirección Liberal, así como las residencias de Alfonso López Pumarejo y Carlos Lleras. Al día siguiente, el periódico salió en tamaño tabloide y de siete páginas, pero sólo cuatro días después recuperó su formato habitual.
Pero ahí no pararon las persecuciones políticas: el 4 de agosto de 1955, la dictadura militar liderada por Gustavo Rojas Pinilla ordenó la clausura del diario, la cual terminó con la caída del dictador, en 1957.
Con la clausura, Eduardo Santos se fue al exilio. En París, el Director y el periódico recibieron un reconocimiento que es por lo menos tan importante como los premios recibidos en cien años de historia: el discurso que pronunció Albert Camus en el banquete que organizaron para él en París: Homenaje a un exiliado.
Roberto Pombo celebra que haya terminado la lucha partidista que hizo derramar tanta sangre de colombianos. Cree que "las cosas han cambiado y las confrontaciones ideológicas son más civilizadas".
El célebre periodista Daniel Samper Pizano entró a trabajar a El Tiempo el mismo día que Enrique Santos Calderón: primero de mayo de 1964. "Nos tocaron escritorios juntos. Él se encargó de la información internacional; yo, de la nacional". Recuerda con cariño la creación de la Unidad Investigativa, en 1972, con Gerardo Reyes y Alberto Donadío.
Actualmente, El Tiempo no es sólo un periódico. Edita Portafolio y ADN; tiene un canal de televisión, CityTV, y la editorial Intermedio.
"¿Usted cree que a El Tiempo se le notan sus cien años?", le pregunto a Daniel Samper.
"Espero que se le noten en el respeto a los valores del país, como el trabajo estable, el respeto por la vida, la justicia social y la independencia. Y que no se le noten nunca por falta de alegría".