Con Mateo, Chusco se prolonga en el DIM
En el Medellín se prolonga y hereda el amor por la divisa. El asistente técnico Darío Sierra, que en el pasado fue un destacado creativo, está feliz con los progresos de su hijo Mateo que ya ha sido convocado a varios partidos de la Copa Postobón.
Aunque al popular Chusco esa situación le incomoda un poco e intenta marginarse de las decisiones cuando Mateo está de por medio, no puede ocultar su felicidad porque se ve reflejado en este joven que llegó al club desde que tenía 13 años e hizo todo el proceso hasta ascender al equipo profesional por méritos propios.
"Cuando yo estaba en Chicó y Millonarios me sentía más tranquilo, pero sé que la presencia de mi hijo en el Medellín es por meritocracia; se ha ganado un lugar con disciplina y mucho fútbol. Cuando se trata de él yo no opino, el que lo manda al banco o a la cancha es Hernán (Torres ) que es muy exigente y desde que lo ponga es porque lo hace bien", anota Darío, que también disfruta el segundo lugar en la Liga Postobón-2.
Mateo interviene y recuerda que todos sus procesos infantiles y juveniles han sido exitosos, "con un rendimiento alto y gran regularidad".
Y añade que de su padre aprendió la alegría, las ganas de ir al frente, la lucha y a divertirse jugando. "Y la técnica, pues siempre me ha dicho que esta lo resuelve todo y eso es lo que más guardo", anota el volante.
En las charlas que tienen, Chusco le insiste que después de jugar bien, hay que jugar mejor, que disfrute el entrenamiento y el juego. "Y la más importante, que sepa asumir la crítica y los elogios; sé que lo sabrá hacer porque es un chico bien estructurado, con una mamá y una hermana que lo cuidan y protegen.
Mateo, a pesar de su juventud, le recomienda a su progenitor mantener la alegría y ese cariño con los jugadores.
Así, entre padre e hijo, se prolonga una herencia de amor al fútbol y al Poderoso.