Histórico

Confusión aberrante y triste

26 de noviembre de 2008

Cuando el ejercicio de la política empezó a confundirse con una oportunidad mercantil para hacer negocios con el Estado y con la empresa privada, empezó el colapso, el descrédito y la ruina moral de los partidos políticos.

Existe una anécdota de alguien que llegó a ser muy importante y respetado en la política colombiana, que cuando se quebró en sus negocios, uno de los socios le preguntó ¿y ahora qué vamos a hacer doctor? Sin despeinarse ni inmutarse le respondió al instante que había llegado el momento de meterse a la política.

Es de suma gravedad la historia triste y de baratura mental del implicado. "El becerro de oro" es mal consejero en la política y en la economía. Las pirámides son uno de los ejemplos maléficos. Recordemos que la leyenda de "El Dorado" encegueció a muchos españoles. La clave para atacar la contaminación está en la educación.

Considero que desde ya deben existir en los textos colegiales mensajes que inviten al desarrollo humano de todos. También deben existir mensajes en la radio, prensa, televisión. El tema de las pirámides y en general la búsqueda del dinero fácil es producto de malísima educación, que favoreció la pereza. Considero que al sistema educativo se le olvidó la asignatura del desarrollo de la persona; de aquel que invita a apropiarnos de la dignidad y categoría que todos los seres humanos tenemos.

Cuando hay insuficiencia en el desarrollo humano de los seres que manejan la política y la economía, la codicia y la soberbia contaminan las actividades en desmedro de los resultados del bienestar social y ambiental para la mayoría. El orbe sería otro muy diferente si las actividades en la administración pública, la política y la economía marcharan con respeto genuino a los derechos humanos, como a la sostenibilidad ambiental.